NBA 2015/16

Golden State: un cuento de pioneros y revolución

21:27 07/12/2015 | ¿Se puede hablar de grandeza cuando sólo la hemos visto por un año y medio? Cuando se trata de estos Warriors, comprobamos que sí.

Curry con su anillo de campeón, líder de la revolución dorada.

Pioneros

Hay jugadores y equipos más grandes que su deporte y que su presente, a los cuales el paso del tiempo no sólo no los dejará en la oscuridad, sino que hasta se podría decir que resaltará su figura. Leyendas, revolucionarios, hitos. Un antes y un después.

No siempre estos status se consiguen a través de títulos, si bien los mismos ayudan a potenciarlos. Hay ejemplos en todos los deportes: desde la Naranja Mecánica holandesa en el fútbol, hasta los Phoenix Suns de Nash y D´Antoni en el básquet, por nombrar simplemente algunos. Nadie puede dudar de cómo su huella ha impactado sus disciplinas, aún sin llegar a los objetivos máximos de ganar un Mundial o una Final NBA.

Claro que también están los otros. Los dueños de la gloria, los campeones eternos cuyas proezas todavía son celebradas. Los Jordan, los Bird, los Magic, los Celtics de Russell, Cousy y compañía. Los héroes de las películas. Pero insistimos: los campeonatos sin duda ayudan a subir algunos metros en el pedestal de la memoria, pero no son exclusivos a la hora de hablar de pioneros.

¿Cómo encajan en todo esto los aparentemente invencibles Warriors? Bueno, es cierto que ya tienen una consagración en su currículum, pero aún sin ella, ya tendrían su lugar asegurado en el grupo más legendario de la competencia. Y no sólo hablamos de la NBA, sino del básquet en general. ¿Exagerado? Puede ser, el presente siempre tiene su brillo adicional difícil de contextualizar, pero a la vez, da toda la sensación de que este deporte ya no será el mismo una vez que Golden State se disuelva. Como tampoco lo es desde que Parker, Ginóbili y Duncan cambiaron parte de la forma de proyectar y entender el básquet en los Estados Unidos.

Desde los números, podríamos hablar horas de los Warriors, pero sería caer en una discusión parecida a la de la cantidad de campeonatos. Los pioneros son más que estadísticas frias. Son un cambio en la forma de hacer las cosas. Son una revelación. Y una revolución.

Preconceptos

A la hora de analizar a estos Warriors, es imposible no comenzar con un concepto básico y hasta alarmante: todo lo que siempre entendimos que estaba mal, es lo que ellos hacen bien. Hace un tiempo, con su habitual inteligencia para ver el juego, Kobe dijo: "Curry es el único jugador que los tiros que quiere tomar, son los mismos que la defensa quiere darle". Y es cierto.

Todos los conceptos básicos defensivos que los jugadores aprenden desde chicos, le caen como anillo al dedo a Golden State: frenar la pelota en la transición, ayudar ante un corte sin pelota, achicar la cancha, hacer que te ganen desde afuera, cerrarse cerca del aro. Todo encaja a la perfección en la idea de los californianos de mover la bola y encontrar tiradores abiertos en el perímetro. Para los Warriors, una bandeja no es el ideal a perseguir. ¿Por qué conformarse con dos puntos, si pueden conseguir tres con algún tirador a pie firme?

¿Por qué los rivales no ajustan? Bueno, no es tan simple. Repetimos, para jugar contra los Warriors hay que hacer muy bien, todo lo que siempre se entendió que estaba mal. Marcar a los tiradores en vez del portabalón en la transición, defender intenso a 9 metros del aro, no abusar de las ayudas. Para nadie es fácil luchar contra una programación que se trae desde hace años. La preparación defensiva está intentando ajustarse a este nuevo concepto, pero no es una tarea rápida ni sencilla, como lo muestra el actual 22-0 de Golden State.

A esta altura, hay una pregunta que no podemos evadir: ¿pueden ser los Warriors pioneros de un nuevo estilo, cuando tienen a un fuera de serie como Curry? El interrogante tiene su valor. Después de todo, la mayoría de los lanzamientos que el base toma serían de bajos porcentajes para el 99% del resto de los mortales. Sin embargo, pensar en la revolución Golden State como simplemente un equipo que pone tiradores en cancha y le da la pelota a Curry para que despliegue su magia, parece erróneo.

Los dirigidos por Kerr, son mucho más que eso. Y ni siquiera se limitan al costado ofensivo. Hay quizá dos conceptos más importantes que han impuesto, si bien no inventado (a esta altura, es casi imposible hacerlo): el básquet como un deporte donde cada vez hay menos posiciones fijas y la velocidad como una virtud separada del apresuramiento.

Con respecto a las posiciones, de nuevo hablamos de ambos costados del campo de juego. En ataque, su mejor pasador es un jugador (Green) que jugó de pivote buena parte de las Finales 2014/15. En defensa, las marcas fijas prácticamente no existen, sino que gracias a la versatilidad de Green, Iguodala, Barnes o Thompson, entre otros, son capaces de realizar cambios y emparejamientos que para cualquier otro equipo parecerían ridículos. Como Bogut marcando a Tony Allen en los pasados playoffs, por ejemplo. O Barnes a Zach Randolph.

Los Warriors juegan un básquet de alto riesgo, está claro. Y de hecho son uno de los equipos que más pérdidas suma por partido. Pero a la vez y si bien la velocidad es una de sus mayores virtudes en cualquier sector de la cancha, no suelen caer en un apresuramiento que los haga salirse de su idea. El hecho de hacer todo a una marcha más que el resto trae sus puntos negativos, pero a la vez, nunca los hace perder de vista su objetivo.

Como decíamos, Golden State es un equipo que se ha encargado de destruir preconceptos. Y quizá el más importante es el hecho de creer que porque un equipo juega suelto y a gran velocidad en ataque, tiene que ser flojo en defensa. Es cierto que el esfuerzo debe ser doble, pero con el material y la táctica necesaria, puede lograrse. Son la unión perfecta de la versatilidad defensiva de los Bulls de Pippen, Harper, Jordan y Rodman, con la fluidez y ritmo de los ya mencionados Phoenix Suns de Nash y D´Antoni. 

No sólo una cosa no quita a la otra, sino que hasta podríamos decir que se retroalimentan. ¿Cuántas veces escuchamos a los protagonistas decir que la mejor manera de conseguir un ataque sostenido y efectivo es mediante una buena defensa? Porque se recuperan pelotas, se agarra a la defensa mal parada, no se pierde ritmo, etc. Bueno, los Warriors son la conjunción perfecta de esta situación.

¿Kriptonita?

¿Son entonces los Warriors imbatibles? No. Por más tentador que sea fantasear con la idea de un posible 82-0, la realidad es que esto es prácticamente imposible que suceda. Golden State ya ha estado con desventajas importantes en esta campaña y jugado varios partidos cerrados. Eventualmente, alguna vez la moneda caerá para el lado del rival, recordando que la fortuna siempre juega un papel importante en estas situaciones.

Pero vayamos a algo más real, ¿se los puede vencer en una serie a siete partidos? y en ese caso, ¿cómo? Para empezar habría que nombrar una lista de requisitos que sus rivales deberían tener, y que muy pocas franquicias cuentan en este año: una gran defensa con mucha versatilidad sobre todo entre sus perimetrales, veteranos ganadores con varias batallas en las espaldas y al menos una figura desequilibrante.

Antes de estudiar quienes cumplen estos atributos, descartemos algo que se ha escuchado en varias ocasiones: por más que los Warriors utilicen formaciones pequeñas, apostar por atacarlos con muchos centímetros y potencia en la zona pintada no va a funcionar. La serie contra los Grizzlies de este año es un claro ejemplo de por qué no. Aún cuando Randolph le sacaba varias decenas de kilos a Barnes, la velocidad y agresividad defensiva de los de Kerr hicieron que rara vez el duelo sea uno individual. Proponer un básquet estacionado y metódico, es exactamente la peor estrategia contra un equipo como los de Oakland.

Volvamos a los conjuntos que cumplen con los atributos para vencer o al menos competir, contra ellos. El ejemplo más obvio es Cleveland. De hecho, hoy podrían ser el único con un argumento válido para imaginarlos ganándole cuatro partidos a Golden State. O al menos quienes más se acercan a esa idea. Muchos se quedan con el final de la serie final, pero la realidad es que los Cavs fueron más durante los primeros tres juegos de aquella definición y de no haber sido por la lesión de Irving y el agotamiento de Lebron, quién sabe que hubiera pasado. Buena defensa, jugadores con experiencia en esas instancias y una estrella desequilibrante. Todo cumplido.

¿Y San Antonio? Después de los Cavs, son lo más cercano a un candidato a sacarle la corona al campeón defensor. Pero la realidad, es que para hacerlo deberán dar un salto de calidad. Tienen la defensa, tienen la experiencia pero la pregunta pasa por saber si su sensacional juego en conjunto podrá compensar la falta de un anotador capaz de ponerse el equipo al hombro regularmente, en los cierres de los partidos. Leonard ha mejorado muchísimo y es hoy uno de los cinco mejores jugadores de la NBA, pero no es esa clase de anotador. Sí podría serlo Aldridge, quien todavía no ha terminado de adaptarse al cambio de esquema. Eventualmente, San Antonio precisará de alguien capaz de generar puntos por sí mismo con frecuencia y hoy quien tiene el mayor potencial en ese sentido es el ex Portland.

Por último, para salir un poco de la normalidad, proponemos un equipo que posee algunas virtudes que hacen interesantes su duelo contra los Warriors. Y no tendremos que esperar mucho para verlo, porque se enfrentan este martes. Estamos hablando de los Indiana Pacers. Sí, los Pacers.

Veamos. Por empezar tienen una formación versátil con Paul George jugando muchos minutos de cuatro y varios jugadores capaces de marcar varias posiciones. Segundo, tienen en George un anotador capaz de competir mano a mano desde el goleo con Curry y si está encendido, incluso superarlo. Y tercero, utilizan conceptos defensivos muy importantes a la hora de jugar contra los Warriors: desde hace años que Vogel ha impuesto la idea de ayudar lo menos posible, dejando casi la responsabilidad absoluta de la marca al hombre que está sobre la bola. Esto era más sencillo cuando tenían un borrador de errores como Hibbert en la zona pintada y no deja de ser una estrategia muy arriesgada. Pero que quede claro: tomar riesgos es la única manera de vencer a este Golden State. Veremos si alcanza para que los Pacers de Vogel den la sorpresa y compensen el hecho de tener titulares del calibre de Mahinmi o Miles en cancha. Difícil, pero no imposible.

¿Y qué del Thunder y la teoría de "Westbrook anula a Curry"? Linda en papel, pero de nuevo pecando con el hecho de imaginar un duelo individual dentro de un escenario que los Warriors siempre se encargan de que no exista. Por no mencionar que los actores secundarios de ambos conjuntos están a años luz de distancia. ¿Y los Clippers? Cierto potencial, pero mejor ni empezamos a hablar de la clase de problemas de química que han mostrado en esta campaña.

Los Warriors no són imbatibles, pero vean todas las líneas usadas para imaginar una posible manera de vencerlos. Los Warriors tampoco son imitables, como ningún pionero lo es. Sólo habrá un Jordan o un Magic. Pero si son un equipo que está cambiando el paradigma del básquet y que con más títulos o no, no serán olvidados. Dentro de algunos años diremos: sólo hubo un Steph Curry, sólo hubo un Golden State Warriors. Y sin embargo, las huellas de ambos estarán a la vista para cualquier espectador que preste un poco de atención.

 
Juan Estévez
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @JuanEstevez90
 

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