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Argentina está en un lugar factible. Venció en un gran juego a Puerto Rico y perdió en uno irregular contra Croacia. Nada del otro mundo. Esperable, si se quiere. ¿Podría haber ganado los 2? Sí, podría. Pero contra los croatas, tuvo un bajón pronunciado en la segunda mitad del tercer cuarto y no le dio el tiempo para recuperarse.

Ahora llega Filipinas, en un Grupo B que empezó a desmadrarse ayer, con el triunfo de Senegal ante Puerto Rico, y ni hablar este mismo mediodía, con el de los africanos ante Croacia.

Para algunos, los más optimistas, el doble triunfo senegalés es bueno. Para otros, es malo. A la larga, todo depende de Argentina, porque si gana los partidos que le quedan (o al menos dos), podría terminar primero o segundo. Demasiadas opciones como para hacer una cuenta explicada.

Pero hoy es Filipinas, el equipo que casi vence a Croacia en la primera jornada y que ante Grecia no hizo papelones. El equipo se apoya mucho en Andray Blatche, el NBA que marcha segundo entre los goleadores, con 24.5 puntos de promedio, con un estilo particular. Pese a su estatura (2.11), arranca normalmente con el balón fuera de la línea de 3 puntos, y trata de penetrar hasta ubicarse en una situación ventajosa cerca del cesto. Rara vez se postea directo buscando recibirla allí.

El juego de los filipinos, más allá de eso, es muy dinámico, con bases rápidos, tiradores y penetradores, que buscan juntar y descargar para los tiros de tres puntos. El problema de talla lo disimulan con Blatche, Fajardo y Aguilar, dentro de un plantel donde 5 de los 12 jugadores miden 1.85 o menos. 

Sin embargo, hasta ahora, han hecho un buen papel, pese a su pésimo porcentaje en tiros de dos (38%) y no muy alto de tres (32%).

A la Argentina le puede servir mucho este juego si recupera su juego colectivo, no se desordena y logra bajar los minutos en cancha de Scola, aunque el día de descanso de mañana vendrá fenomenal para todos, antes de cerrar ante Senegal y Grecia.

También, claro, para recuperarse de una derrota ante Croacia, dolorosa por varios motivos: porque era ganable, porque no se jugó bien y porque los croatas jugaron muy mal en el debut y muy mal después ante Senegal. 

Recuperar la confianza es el punto importante, pero también el juego. Ante los croatas, la diferencia cuando Prigioni estuvo en cancha y cuando no fue notable, como también cuando Scola tuvo que salir a descansar. Se repartieron menos las responsabilidades y Campazzo esta vez estuvo menos lúcido jugando de uno solitario. La dupla que forma con Prigioni es impecable, pero está claro que no se puede mantener los 40 minutos, así que el resto debería poder disimular sus salidas.

El cambio con respecto al partido ante Puerto Rico fue claro. Bajaron ofensivamente las producciones de Nocioni, Herrmann y Safar (ya no tendrá tantas libertades el tirador), y creció la de Scola, pero la cantidad de pases no fue la misma, quizá porque en la primera jornada habían nacido por otros motivos, como las reversiones de Scola y las penetraciones de Chapu. 

Por los resultados, un triunfo puede empezar a posicionas a los de Lamas en un lugar de privilegio en un grupo convulsionado por la sorpresa africana.