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Quimsa mostró una cara muy distinta en Comodoro a lo que venía haciendo como local en la serie y ahora deberá volver a Santiago con la final igualada en dos. A continuación, hablamos con Diego García, escolta de la Fusión, sobre lo que dejó la derrota de su equipo en el cuarto encuentro.

Te toca ser la voz de la experiencia. Ya fuiste campeón y sabés que no se puede regalar nada en una final, ¿te sentís en ese rol de concientizar a tus compañeros de eso?

Sí, lo tenemos que hacer entre todos. No jugamos como jugamos allá y ellos tampoco. Estamos dos a dos, hay que levantar la cabeza, ya viene el quinto juego en casa. Tenemos que pensar lo que se hizo mal, lo que se hizo bien. Fueron dos partidos parejos acá y ahora tenemos que ir a Santiago a demostrar porque fuimos primeros y porque estamos en esta instancia.

¿Encontrás justificativo a la merma en la intensidad en estos últimos dos partidos?

Se va a jugar así. Los dos proponemos un juego físico de mucha defensa. En ataque acá no pudimos correr mucho, fue la diferencia. Es así, es una final y se juega con esta intensidad. Ahora nos toca ir allá y hay que sacarlo como sea.

¿Le das mérito a Gimnasia para que ustedes no hayan podido hacer su juego o preferís ser autocrítico?

Prefiero ser autocrítico siempre. Tenemos muchísimo más para dar que lo que dimos en estos dos partidos. Pero bueno, no lo dimos porque ellos también jugaron bien en algunos momentos. Nosotros también lo hicimos bien por algunos pasajes, pero no pudimos imponer nuestro ritmo. Creo que en el cuarto parcial buscamos nuestro ritmo y estuvimos todo el tiempo parejo. Aunque no lo pudimos ganar, es como tenemos que jugar.

¿Por tu experiencia esto se resuelve más hablando o entrenando?

Cuando entramos a la cancha hay que jugar nomás. Hay palabras que ayudan, pero ya sabemos lo que tenemos que hacer. La mayoría tiene experiencia en el equipo. Simplemente hay que ir comunicándonos y más que nada, entrar a ganar.

¿Enojado, con bronca, decepcionado?

No, para nada. No se jugó como queríamos, perdimos y punto seguido. Ahora jugamos en casa y vamos a buscar el quinto. Acá no hay tiempo para lamentarse ni reprocharse nada. Lo que estamos haciendo lo hacemos con el corazón y cuando las cosas no salen hay que aguantársela.