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Carlos Delfino sorprendió al ambiente con su regreso a la selección, luego de tres años sin jugar al básquet. El santafesino entrena a la par del grupo que se prepara para viajar a Río y tiene una enorme ilusión de poder estar en los Juegos. A continuación, compartimos la palabra del Lancha, para conocer mejor cómo se está sintiendo.

- ¿Cómo te estás sintiendo ya con una semana de entrenamientos encima?

. Muy bien. Estoy trabajando a la par de todo el grupo, estoy muy contento, no tengo dolor. Por ahora se viene dando todo cómo tendría que darse.

- ¿Estás haciendo cinco contra cinco?

. Sí, el primer día hicimos cuatro contra cuatro porque éramos ocho. Y después llegaron todos los chicos y ya hicimos cinco contra cinco. No me he perdido de nada y estoy contento de estar de vuelta.

- ¿Qué sentís que te está faltando principalmente?

. Me faltan tres años de carrera que dejé atrás. Por eso digo que es como andar en bicicleta. Quizá no lo hacés durante unos años, te subís y el primer rato tambaleás un poco. Te vas acostumbrando a los frenos y después seguís. Lo bueno es que veo las cosas que están pasando adentro de la cancha y mi cuerpo va respondiendo bien. Día a día voy agarrando un poco más de timing. Por suerte soy amigo de la pelota y eso ayuda bastante. Desde lo físico me estoy sintiendo bien, y ahora es nada más tiempo y trabajo.

- ¿Qué se siente volver a jugar con Manu, Luis y Chapu?

. Único, porque hemos vivido muchas cosas juntos. Se han logrado muchas cosas juntos. Extrañaba estar adentro de una cancha. Siempre lo digo, yo estaba preparándome para pruebas personales en la NBA, pero entre eso, venir y apostar a una cosa totalmente distinta, y más difícil como es ponerme en forma antes, jugar cinco contra cinco y tratar de entrar a un Juego Olímpico, prefiero eso. Porque siempre me representé mucho más con la camiseta de la selección Argentina. Y una de las cosas por lo cual lo hago, es para jugar con Manu, Luis y Chapu. Es algo único y que en lo personal, siempre venía lamentando no poder hacerlo en estos últimos torneos. Porque además pensaba que podía ser la última vez que jugaba con alguno. Yo pensé que había jugado mi último partido con Manu en Londres. Cuando me enteré que Manu jugaba, me agarró desesperación. Si Dios quiere, volveré a jugar en una cancha con el mejor de todos.

- ¿Los tomó de sorpresa lo de Nico Brussino?

. Sí, porque no había dicho nada. Jugó de callado totalmente, no estábamos al tanto. Me pone contento. A mi me tocó vivir algo parecido antes de unos Juegos Olímpicos, y es algo que te ayuda un montón. Es una motivación enorme, pero también una responsabilidad porque ahora todo el mundo va a estar ahí arriba mirando, y descubriéndote más. El que no te conoce mirando qué hacés y el que te conoce, mirando cómo lo llevás o cómo explotas. Bien merecido lo tiene, es una de las promesas más importantes que hay en nuestro básquet. En lo personal lo estoy conociendo en el día a día y esto le va a venir muy bien. Es un salto de calidad muy grande.