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Crónicas porteñas, con Bebo Ceruti, Sebastián Acosta y Fredy Navarrete

16:30 02/09/2020 | Iban a salir a tomar algo luego de ganarle 3-0 a Boca en la Liga Nacional. Antes de irse les pasó algo cómico. Una historia peculiar.

Aquel equipo se quedó con la Liga Sudamericana en 2002 (Foto: Prensa Libertad)

Mariano el Bebo Ceruti es un emblema de Libertad de Sunchales. Nació, se crio y se formó en los pasillos del Hogar de los Tigres y fue parte de vastos momentos gloriosos con la camiseta negra y amarilla.  

 

Decir lo previo no es exagerado. Literalmente se forjó en aquel lugar, donde nació un 18 de julio de 1979. Aprendió a jugar al básquet a los cinco años y a los 15 ya debutó en primera. Por supuesto, lo hizo en el club de sus amores, cuando los de Sunchales estaban disputando el Torneo Federal, con un equipo que dirigía Gonzalo García y con un proyecto decididido a lanzar a los jóvenes surgidos de la cantera. 

 

Anécdotas con los tigres posee un millón, pero Bebo siempre guarda el recuerdo de una que poco y nada tiene que ver con la naranja. La historia la recordó en una entrevista con el programa radial Extrapase 

 

“Habíamos traído un uruguayo (Fredy Navarrete) en 2002, cuando le ganamos 3-0 a Boca en la Liga Nacional. Tras el triunfo nos teníamos que quedar hasta el otro día en Buenos Aires y siempre que salíamos hacia la capital parábamos en el hotel Presidente”, comenzó contando Ceruti 

 

Hasta acá todo normal, pero desde ese momento la situación pasó, cómicamente, a mayores: “Agarro y a Fredy le digo: ´Andá en un remis con estos pibes y yo voy con el Negro (Acosta)´. Íbamos a ir a tomar algo. Paramos el móvil, obviamente, por Cerrito, pero él lo paró por la 9 de Julio y, en vez de abrir la puerta del lado de la vereda, pegó la vuelta y la abrió del lado de la avenida”.  

 

“Me acuerdo que en ese momento venía un colectivo y cuando el uruguayo quiso ingresar al móvil se tuvo que tirar adentro porque el transporte le arrancó la puerta al remisero. ¡Se la arrancó!”, recordó entre risas el experimentado jugador.  

 

Para todos era una película de comedia cualquiera. Sin embargo, el propietario del vehículo estaba enloquecido: "El remisero bajó como para matarlo a trompadas y cuando quiso encarar a Fredy, que medía 2.10, lo vio y se achicó un poco, diciéndole: ´No laburo más, flaco, no laburo más´. Y el uruguayo, con su tonada, le respondió: ´La verdad que quería hacerte un favor a vos, que nos lleves a un bar y te iba a pagar bien´. Y el tipo le preguntaba todo el tiempo en qué ciudad o país del mundo alguien abre la puerta de ese lado”.  

 

Aquella crónica de muerte anunciada no terminó de la peor manera y la inocencia del uruguayo fue tal que le cargó la puerta hasta el baúl del auto. Paulatinamente el remisero se fue retirando, vociferando metro a metro: ´No laburo más, flaco, no laburo más´.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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