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El inicio de una competición y más siendo a eliminación directa representa nerviosismo en los primeros movimientos. Allí el Unicaja tomó una pequeña ventaja (6-9) pero el Tenerife logró acomodarse en la cancha con el paso de los minutos, tomó el control de las acciones –comandado por Abromaits que marcó 9 puntos en los primeros 10 minutos– y no volvería a perder el mando en el resultado durante todo el juego.

El siguiente período saltaron al parqué los argentinos y el ritmo del Tenerife siguió siendo mayor al del Unicaja. En defensa ahogaba al portador de la pelota y cerraba las vías de gol que podían tener los de Málaga, que luego de medio partido disputado, tenían en Milosavlejevic su arma ofensiva más poderosa, pero intermitente. Luego de haber sacado 10 unidades de diferencia (40-30), la primera mitad culminó 44-36.

El regreso de los vestuarios no alteró el desarrollo del encuentro. El Unicaja encontró en los tiros de larga distancia la manera de inquietar al Tenerife, pero los dirigidos por Casimiro desactivaron rápidamente el peligro. Sobre el final del tercer chico, lograron escaparse por 15 puntos en el marcador (66-51), con el aporte de Brussino y Richotti, que regalaron una gran jugada entre ellos para la volcada del número 9.

El epilogo transcurrió con el final ya puesto. El conjunto aurinegro no bajó el ritmo y aseguró su lugar en las semifinales de la Copa del Rey por segundo año consecutivo. Su rival en semifinales será el Barcelona, líder de la Liga ACB, o el Valencia Basket.