Provincial de Santa Fe

Cañada hizo historia y se llevó el Provincial de Santa Fe

14:43 16/07/2018 | Eliminando a gigantes como Rosario y Santa Fe, el joven equipo de Cañada consiguió el tercer provincial de su historia.

Cañada, campeón del Provincial (Foto: Prensa Febasantafe)

Desafiando preconceptos y tumbando a dos gigantes, Cañada sumó el tercer campeonato de su historia. Estos pibes nunca serán olvidados después de la epopeya de Rafaela.

En charla informal, un jugador de Liga A resume en una frase la que quizás sea la esencia de los torneos provinciales: “Es un torneo en el que un pibe de una liga local le puede pintar la cara a un jugador reconocido a nivel nacional”.

La sentencia es perfecta y refleja una de las tantas características que hacen únicos a los torneos de selecciones de Santa Fe, en las que cada una de las asociaciones reúne a sus promesas y figuras locales, las refuerza con los valores que trascendieron a nivel nacional y busca el título tan esperado. Una gran dosis de amateurismo, pertenencia y amor por el deporte se pone en juego, arriesgando mucho más de lo que se puede ganar y dejando la vida en un torneo extremadamente exigente y en el que nadie juega por jugar, como quedó claro en la inmensa mayoría de duelos picantes que tuvo este Rafaela 2018.

Y si de encontrar un ejemplo se trataba, Cañada lo dio. Hace rato apostó a jugar con gente de la cantera, que le dio alegría en las menores e incluso contra la gran cantidad de bajas (los que no vinieron al torneo y los que se lesionaron, como Avenali), jugó un torneo increíble, hizo historia y se quedó con su tercer título bajando en semifinales al campeón y candidato Rosario y luego en la final al temible Santa Fe.

Fue un equipo intenso, rápido y explosivo, que manejó las variantes defensivas y supo ganar jugando a goleo alto pero también a marcadores bajos. Uriel Pascualetto dominó a cuanto pivot se le puso enfrente y dejó en evidencia su enorme futuro (MVP del torneo), mientras que el vértigo fue aliado de Torresi una vez más y Montani Wortel aportó coraje.

Parecía increíble cuando le sacó 28 a Rosario en semis, o cuando el triple acrobático de Cupulutti dibujó la ventaja definitiva ante Santa Fe en la final. En una final que jugó sin Avenali y que perdía por paliza en el segmento inicial.

Cañada jugó contra el preconcepto, contra el ganar antes de jugar y contra el habitual pecado de analizar posibles resultados mirando los apellidos de las listas. Ojo, muchas veces la lógica es la que manda. Pero no pudo con Cañada.

Habrá que aclarar que el destino también ayudó, porque cerca estuvo Cañada de quedarse sin semifinales en la fase de grupos y seguramente muchos conceptos que ahora serán elogiosos hubieran cambiado. Pero hay que jugar. Y los de Giulianelli jugaron.

El festejo fue tan merecido como inesperado. La alegría incomparable en un éxito que esperó largos años y demoliendo a los gigantes de la provincia.

Habrá que aplaudir a Santa Fe, que fue finalista otra vez como en casi toda la década y le sumó otro podio a un ciclo de Sebastián Saborido que le dio entidad e identidad al seleccionado de la capital provincial, sobre todo para formar un grupo estable que aprecia su camiseta. (Y muchas veces gana).

También felicitar a Rosario, que tuvo un golpe duro en la semi y jugó un muy mal primer tiempo ante Cañada, pero que venía de ser campeón y con la base de jugadores y cuerpo técnico. Que el traspié no detenga el camino y que la bronca se canalice en ganas de revancha.

Para Rafaela fue toda una cita. El público de la ciudad y zona se movilizó, generó mucho interés y encontró la oportunidad para darle su cariño al Toro Acuña, representante en la selección nacional. La organización estuvo a la altura, el equipo también y le faltó poco para escalar un pasito más.

El resto de los elencos también se armó bien, pero no pudieron cruzar el umbral de las semifinales, lo que de ninguna manera abre juicio se valor sobre su trabajo o futuro, porque está visto que el básquet provincial crece en cada lugar del territorio.

 
Fuente: 
Prensa Febasantafe

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