La Liga Femenina

Amaiquén Siciliano, Diego García y una familia que respira básquet

20:42 04/06/2017 | La Liga Femenina y la Liga Nacional se unen para contar las historias y el vínculo familiar de la base juvenil de Vélez y el experimentado escolta de La Unión.

Diego García y Amaiquén Siciliano, familias unidas por el básquet
La naciente Liga Femenina combinada con la riquísima trayectoria de la Liga Nacional permite encontrarnos con historias como las que vamos a encontrar. Lazos que se unen por vínculos inquebrantables como los que representa una familia, relatos que nos permiten conocer un poco más a las personas detrás de las jugadoras y jugadores, los grandes protagonistas de una pasión como nuestro básquet.
 
Es justamente lo que sucede con Amaiquén Siciliano y Diego García, actores de una familia unida no solo por esos lazos de parentesco sino también por la naranja. Amaiquén, la mayor de cuatro hermanos (Luka, Galo y Milo que están haciendo sus primeros pasos en Obras), es la hija de Vanessa Oulego, pareja del hermano de Diego. De ahí surge todo este vínculo que relataremos a continuación.
 
Por un lado tenemos a Amaiquén, sobrina de Diego, una joven base de Vélez de prometedor futuro que desde hace mucho tiempo viene pidiendo pista y está aprovechando esta fantástica experiencia en la Liga Femenina para consolidar poco a poco su interesante proyección. Surgida en Harrod's pero parte de la estructura del Fortín desde hace varios años, hoy y con tan solo 18 años se topó con una gran pero linda responsabilidad: ser una de las conductoras de un histórico como Vélez, confirmando muchas de las expectativas que se tejen sobre su figura y respondiendo bárbaro. Su tiempo en cancha es abundante e ilusiona, no sorprende por sus dotes de jugadora y lo refleja incluso hasta en los números.
 
En la otra vereda está Diego, tío de Amaiquén, el escolta que la última temporada militó en La Unión de Formosa, un jugador con una experiencia enorme y un recorrido admirable. Hablamos de uno de los protagonistas que más jerarquiza nuestra Liga, con 15 años de trayectoria profesional dentro de los cuales se incluyen sus dos títulos de Liga, uno con Ben Hur en la 2004/05 (con los santafesinos también ganó Liga Sudamericana del 2005/06) y el otro con Quimsa en la 2014/15. Central Entrerriano, Estudiantes de Olavarría, Regatas y Libertad fueron otros equipos que tuvieron el privilegio de gozar con su talento. No hay que olvidar su brillante pasado por el básquetbol español del 2007 al 2012, jugando tanto en LEB con Ford Burgos como su recordado ciclo en el Valladolid de la ACB.
 
Tanto a Amaiquén como a Diego hoy los une ese presente rico dentro de la Liga, y claramente ambos pueden ser tomados como el reflejo de la tradición de toda una familia. De un lado la juventud y los sueños de la piba velezana, del otro la trayectoria y jerarquía del sancristobalense, claros referentes de un amor por el básquet que se transmite a través de las generaciones.
 
LAZOS FAMILIARIAS SOLIDOS, FORTALECIDOS POR UNA SOLA PASION
 
 
"Cuando mi hermano Ariel empezó a salir con Vanessa yo estaba en Ben Hur, en esa época linda que viví ahí. Me empezaron a ir a ver y Amaiquén tenía 5-6 años, y ella ya estaba con el básquet. Desde entonces empezamos a compartir todo en familia, todavía no estaban ni los demás chicos. Nos llevamos muy bien y la verdad es que en la familia somos todos recontra basquetboleros, desde la familia Oulego y la nuestra. Se vive y se respira básquet, y ahora estamos conectados por las parejas, los hijos y todo. Sabés cómo es esto del básquet, que te une mucho y te hace estar hablando de esto todo el tiempo", recuerda Diego aquella época vivida en Ben Hur donde ganó dos títulos y empezó a tener ese lazo tan genuino con una pequeña Amaiquén.
 
"En mi familia el básquet viene desde siempre, desde mi abuela que hacía mesa y después me llevaba a mí también a la mesa, hasta mis hermanos que también empezaron en el básquet y mis primos los hijos de Diego. Yo claramente empecé porque mi mamá jugaba al básquet, no había otra salida (risas). Ella jugaba en Harrod's y las premini no completaban, entonces yo empecé a jugar con 4 años siendo una pulguita. Así fue como arranqué, siempre la acompañaba a mi mamá a los partidos y hasta andaba metida en el medio haciendo la entrada en calor con ella", relata también la piba de Vélez un poco de dónde viene esa estrecha relación familiar para con nuestro deporte.
 
Está claro que la vida profesional que vive Diego García junto a su familia no permite que las reuniones se den demasiado seguido. Algo similar le pasa a Amaiquen, que aunque tenga otro ritmo de vida y esté radicada en Capital junto a sus padres y hermanos también tiene su tradicional agenda ocupada. Los kilómetros que los separan suelen ser muchos, sin embargo ambos confiesan que la unión que poseen es muy fuerte y que cada vez que se juntan lo aprovechan al máximo.
 
"Nos vemos poco pero somos intensos cuando nos vemos, porque somos un montón y cuando nos juntamos nos gusta que estemos todos. Nos juntamos o en Santa Fe o los voy a visitar a Buenos Aires, y tenemos esa relación espectacular que creo que es la base de todo, porque vamos transmitiéndoles a los más chicos esa unión y lo disfrutamos mucho. Cuando nos vemos hablamos de todo en general, pero sí es verdad que se habla mucho de básquet. Además cada uno tiene sus grupos, sus actividades y cosas, entonces cuando nos juntamos hablamos de todo ya sea de la Liga, la Liga Femenina, mi hermana que también juega en Vélez en la Liga de mayores, Alejandro en Campos Echeverría, mi hermano ahora también está jugando ahí... o sea que cuando nos juntamos y hablamos de básquet sale un variado de temas impresionante", comenta García entre risas.
 
Amaiquén coincide completamente con su visión. "La verdad es que nos vemos poco pero cuando lo hacemos lo tratamos de aprovechar al máximo siempre. Yo por ejemplo vivo en Capital con mi familia y primas, pero después mis abuelos, los papás de Diego y mi papá, están en Santa Fe y Diego depende de la temporada. Pero cuando nosotros vamos o tal vez vienen ellos para acá estamos todo el tiempo juntos y aprovechamos para hacer todo lo que no podemos hacer durante el año".
 
Y esa unión familiar que explicaba el escolta es tan fuerte que, si bien en las charlas se tocan varias temáticas, es inevitable dialogar y respirar básquet. Es algo demasiado normal dentro de una familia que derrocha pasión por la americana. "El último verano cuando tuvimos receso y nosotros tuvimos libre, estuvimos todos en casa pasando las fiestas y la pasamos bárbaro. Y hasta íbamos a entrenar porque yo me tenía que mantener activo por La Unión, entonces iban mi hermano y Amaiquén también con todo la guardería detrás (risas). Ibamos a una cancha en Santa Fe a entrenar y éramos como 15, todos con las pelotas y las botellitas de agua. Era para que yo entrene porque teníamos que volver a La Unión en enero, pero terminábamos yendo todos en patota".
 
Diego aprovechó también para explicar un poco la conexión más cercana que le permite tanto a él como a su familia esta nueva Liga Femenina. Considera que esta plataforma de competición es clave para ayudar en el crecimiento de muchas jugadoras, por lo que cree que es un fundamental. Además, con los partidos transmitiéndose por streaming pueden seguir y apoyar a la distancia a la piba de Vélez.
 
"La idea de hacer la Liga Femenina fue algo genial, no solo para lo que les sirve a las chicas en cuanto a sumar torneos sino también porque a uno le da la posibilidad de poder verla y seguir. Yo por ejemplo con Amaiquén y mis otros sobrinos nos vemos solo un par de veces al año, o cuando yo voy para Buenos Aires, o para las fiestas o para las vacaciones de invierno porque todos tenemos nuestras actividades y encima estamos lejos porque ahora a mí me tocó estar en Formosa. Pero ahora todos estamos uno atrás del otro, tenemos una relación espectacular y esto que le pasa a Amaiquén es genial porque recién tiene 18 años, tiene un montón para aprender y esta es una experiencia espectacular tanto para ella en especial como para todas las demás chicas. La seguimos siempre, mis chicos se emocionan y se ponen como locos cuando juega Amaiquén porque están enganchadísimos".
 
 
LA JERARQUIA DE DIEGO, ESPEJO Y ADMIRACION PARA AMAIQUEN
 
 
"El primer recuerdo que tengo con Diego es de aquella vez en Ben Hur. Viajé a Rafaela con mi familia, tenía 5 años y capaz no veía la situación de la misma forma en la que puedo llegar a ver ahora, pero yo estaba feliz porque me había ganado una pelota que era más grande que yo, así que imaginate. Recuerdo incluso haber jugado en su momento con los hijos de Leo Gutiérrez porque Diego es muy amigo de él (NdR: Diego García y Leo Gutiérrez fueron integrantes del recordado Ben Hur de 2004 a 2006). Ahora hace poco se cumplieron más de diez años que salieron campeones y ahora entiendo mucho más lo importante que fue todo eso para él, pero desde siempre seguí la carrera de Diego", recuerda con añoro la base de Vélez sus primeros contactos con García, su ídolo.
 
Y yendo un poco más al significado que tiene Diego en la vida de Amaiquén, la joven jugadora confiesa esa enorme admiración que le tiene. No es para menos, ya que es una figura de referencia dentro de su formación como jugadora pero también es un modelo a seguir desde su personalidad y conducta. Por eso no teme derretirse en elogios.
 
"Cuando vienen las vacaciones me pongo a entrenar con Diego, me deprimo porque no erra una (risas) pero me gusta entrenar con él. Diego es mi mayor ejemplo como persona, lo tengo demasiado arriba. Sacando la parte como jugador que tiene porque la rompe y no puedo decir nada en su contra, como persona creo que es lo mejor y por eso llegó adónde llegó. Es muy humilde y una persona excelente. Como jugador se cuida mucho, con las comidas, con el descanso y todo. Las veces que voy a verlo cuando tengo libre, en el verano por ejemplo donde él sigue jugando con las fiestas de por medio, veo mucho cómo se cuida, tiene años en esto y sigue siendo muy profesional, se la pasa entrenando y puso todo de él para dedicarse a esto, por eso se merece todo. Sacando lo que puedan ser algunas cosas técnicas que también trato de imitar, trato de copiar lo máximo que pueda desde su profesionalismo".
 
Obviamente que no es la única figura presente dentro de la formación de Amaiquén porque, como venimos hablando, estamos ante una familia que convive las 24 horas del día con el básquet. Y en ese sentido sus padres también tienen un rol clave, como guías y apoyo de las muchas sensaciones que suelen dejar las experiencias que Siciliano va acumulando a esta temprana edad.
 
"Mi familia me acompaña siempre y soy una agradecida por eso. Imaginate que mi mamá viajó a todos los torneos de selección que tuve para verme, así que con eso te digo todo. Acá van a todos los partidos también, cuando juego mal me dan con un caño pero yo suelo ser muy calentona y muchas veces les digo que no vengan (risas). Pero hablando en serio, yo sé que los consejos que me dan lo hacen de la mejor manera. Por más que sea en un momento donde yo quizá esté enojada o frustrada por un mal partido, todos los consejos que me dan los trato de tomar porque sé que nadie quiere que me vaya bien tanto como ellos. Con los entrenamientos también, muchas veces le pido a mi papá que me ayude o él mismo me dice para ir a entrenar. Y me encanta eso porque vivo para el básquet, después estudio obviamente pero siempre me hago un tiempo ya sea para entrenar o para ir a tirar".
 
 
LA VOZ DE LA EXPERIENCIA: DIEGO Y LAS ENSEÑANZAS A AMAIQUEN
 
 
Fiel a su carácter sereno, sin inmiscuirse tanto en lo ajeno pero abierto para quiénes lo necesiten, García habló un poco de su rol a la hora de aconsejar a Siciliano. Y si bien suele marcarle algunos que otros detalles precisos, el escolta de 37 años admite que suele no ser mucho hincapié en detalles técnico-tácticos. Su fórmula es simple: transmitirle esa tranquilidad y apoyo incondicional desde el aliento.
 
"Yo soy muy tranqui en ese sentido y muy accesible si me pide algún consejo. Trato de no ser metido, espero más que nada si me preguntás o estás interesado en aprender o saber algo. Mi hermano también sabe mucho de básquet y tiene esa vocación de querer enseñar, entonces obviamente él está más metido porque está en el día a día de Amaiquén. No estoy muy encima de eso y sé también que para una adolescente es un poco cansador que te estén corrigiendo cosas, aunque obviamente ella está en una edad donde debe y tiene la capacidad para aprender y corregir cosas. Obvio que mi hermano está capacitado y le gusta mucho, vivió muchas cosas quizá no desde el lado profesional pero sí desde el lado amateur. Vanessa también jugó muchos años al básquet y sabe mucho, así que ellos dos son los tutores reales de ella en esa faceta".
 
"Del lado mío es cierto que yo estoy en lo profesional y tal vez sea el más visible, pero trato de ser muy tranquilo, las veces que hemos ido a entrenar con Amaiquén le he podido aconsejar algunas cosas que me parecen, pero muy en detalle y puntuales porque no me gusta joderla mucho en ese sentido. Yo trato de que con algunas palabras no solo corregir sino algún consejito como el recordarle que hay disfrutar y hay que estudiar, pequeños detalles que tal vez con una palabra sentís que le llegás más en vez de estarle todo el tiempo encima. Es cierto que cada momento que tengo lo quiero aprovechar con ella, mis demás sobrinitos y mis hijos también, más que nada desde el lado educativo. Por otro lado también es inevitable hablar de básquet, uno tiene muchos años en esto, en equipos, jugando y viajando, parece que algún día tratás de no hablar de esto pero terminás haciéndolo porque tu vida misma es esa pasión por el básquet. Sin ir más lejos, este año por ejemplo, en el receso de verano donde estuvimos entrenando juntos, ella hacía todo lo que yo hacía".
 
 
UNA APUESTA GANADA, LA MAS RECIENTE ANECDOTA
 
 
Cuenta la historia que hace unos meses, durante el receso de la Liga por las pasadas fiestas navideñas, la familia se reunió en Santa Fe para compartir uno de esos momentos tan tradicionales e intensos. Y mientras Diego García se entrenaba para seguir en forma antes de regresar a Formosa y retomar la competencia, Amaiquén le ganó a él y varios integrantes de la familia un desafío: encestar desde mitad de cancha.
 
"La última vez que nos juntamos, un día después de entrenar terminamos tirando de mitad de cancha jugando todos por 50 pesos como parte de la recreación (risas). Y si ella te tiene que contar una anécdota es posible te cuente esta porque también estaba mi primo de San Cristóbal y ella nos terminó ganando a todos los hombres. La metió de mitad de cancha y terminamos pagándole todos 50 pesos a ella. Y solemos hacer cosas así porque de lo serio de entrenar tratamos de hacer cosas festivas para estar todos juntos y divertirnos más", explica Diego.
 
Y Amaiquén, subrayando aquella misma situación, detalla un poco más al respecto recordando todo lo acontecido con muchísima gracia. "Me acuerdo que tenía un receso para entrenar en las fiestas y habíamos ido todos para Santa Fe, que es el punto medio que tenemos todos de encuentro. En mi caso no me tomé vacaciones de los entrenamientos porque no me gusta hacer eso, pero sí ya tenía que ir pensando en la pretemporada. Entonces me puse a entrenar con él, hicimos varios ejercicios y al final nos pusimos a tirar desde mitad de cancha con él y mi papá. Habremos tirado unas tres veces, claramente Diego estuvo cerca de meterlas a todas, seguro no lo ganó porque estaba cansado. Pero la metí y me tuvieron que pagar todos (risas). Después encima me quisieron me quisieron embromar diciéndome que había pisado línea cuando nada que ver, pero estaba todo filmado y el video me salvó(risas), estuvimos toda la tarde mirando ese video discutiendo a ver si había pisado línea o no".
 
 
JOVENES SUEÑOS POTENCIADOS POR UNA BRILLANTE ACTUALIDAD
 
 
La temporada que está teniendo Amaiquén dentro de Vélez no puede pasar inadvertida. Hablamos de una piba que transitando su primer año como juvenil está teniendo un rol determinante en el equipo de primera, con promedios que ilusionan dentro de la Liga (5.3 puntos, 3.1 rebotes y 1.7 asistencias en 28.2 minutos por encuentro) pero recordando que todavía hay un largo camino por recorrer. La responsabilidad le llegó de golpe con la partida de Macarena Durso a Berazategui pero supo asimilarla muy bien, rindiendo a la altura dentro de un equipo nutrido de jóvenes pero que también la exige con alentadores minutos.
 
"La verdad es que me sorprendí mucho, no pensé que iba a tener este rol que tengo dentro del equipo. Es un gran desafío que tengo para cumplir y, como te decía, siempre me preparé para esto. Me sorprendí de poder haberlo hecho bien como hasta ahora y mantenerme tanto tiempo en cancha. Al principio del año se suponía que Maqui (Durso) iba a estar acá en Vélez y a mí me iba a tocar venir de atrás, pero ella se fue y ahora a mí me toca cumplir un poco el papel de Macarena que es bastante duro. Y si bien es difícil, estoy tratando y voy a hacer lo mejor que pueda. Me gusta poder hacerlo y estar para el equipo siempre. De hecho siendo juvenil a veces no me toca jugar en mi categoría por estar en primera y la Liga, pero a mí no me gusta faltar a ningún partido y hasta siento que si no juego como que le falto el respeto a mis compañeras. De hecho me suelo pelear bastante en Vélez porque quieren que descanse y yo quiero jugar (risas)".
 
Actualmente Vélez marcha en el cuarto lugar de la Conferencia Sur con récord de 3-4. Y sin su andar en cuanto a resultados parece irregular, la realidad es que la apuesta que ha decidido hacer Gabriel Gusso está rindiendo muy buenos frutos. Este grupo de jugadoras jóvenes (Amaiquén no es la única ya que también hay que sumar otras pibas que están haciendo sus primeras armas como Brenda Fontana, Tamara Pinto, Micaela González o Malena Sosa) ha demostrado muchísima altura a la hora de responder al alto rendimiento, y eso es algo que todas las pibas de Vélez tienen presente.
 
"A nivel colectivo, en cuanto a Vélez como equipo, tal vez todos los resultados no se están dando pero siento que estamos dando una buena imagen que muchos no esperaban", explica Amaiquén. "Estamos haciéndolo bien. Para nosotras era muy importante jugar esta Liga, todas queríamos jugar este torneo porque es muy importante en todo sentido. Personalmente esto es algo que me ayuda muchísimo para desarrollarme porque a mí me toca jugar contra todas jugadoras bases/aleros de muchísima experiencia a las que tengo que marcar y me marcan. Decirte por ejemplo que me toca tener enfrente a Nanu Flores o estar contra Meli Gretter o varias de las extranjeras son algunos ejemplos, porque me permite tener un roce único contra jugadoras de selección y gran nivel que me va a ayudar un montón para mi desarrollo personal. Y ese crecimiento seguramente me va a permitir darle más cosas a Vélez".
 
Para culminar, la perimetral del Fortín se anima a soñar un poco con lo que puede llegar a suceder dentro de esta carrera de constante ascenso y confiesa sus sueños a futuro. Y tiene muy claro que todo esto se consigue solo a través del trabajo y la constancia hacia el mismo, por lo que las chances de concretar esos anhelos obviamente se incrementan mucho más.
 
"Mi mayor objetivo a nivel personal es poder llegar a jugar profesionalmente afuera algún día, en el exterior. Es un deseo que quiero cumplirlo como sea. Respecto a los minutos que me está dando Gaby, yo me comprometo a que mi aporte sea lo mejor posible cada partido, siempre un poco más para seguir teniendo cada vez más minutos. Me la paso entrenando para poder llegar a eso. Si no sos constante se hace muy difícil, ya es difícil siendo constante así que imaginate qué pasa si no sos dedicado, por eso siempre trato de hacer y dar lo máximo de mí".
 
 
Lucas Leiva / [email protected]
En Twitter: @lucassleiva
En Twitter: @basquetplus
 
 
 

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