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Uruguay no solamente consiguió un triunfo clave pensando en la clasificación al Mundial de China 2019, sino que el significado del resultado va mucho más allá de los protagonistas y del 88-83 en sí. Resulta que en la noche de Olavarría se partió en añicos una paternidad irrefutable de la Argentina sobre los charrúas, que arrancó allá por 1934 y que se mantuvo hasta la noche de viernes: en ese lapso se habían enfrentado en doce oportunidades en suelo argentino, en el marco de partidos oficiales, y en cada uno de ellos quien terminó festejando fue la Albiceleste.

Anoche, con ese ya histórico 88-83, se rompió la lógica que imponía la historia y la selección argentina dejó en el camino los primeros puntos en casa ante Uruguay. Se perdió de manera merecida, de eso no quedan dudas: Uruguay se plantó en el Parque Carlos Guerrero y, en base a la solvencia colectiva y al buen laburo de sus principales individualidades, sobre todo Estaban Batista y Bruno Fitipaldo, logró imponerse ante una Argentina que no llegó a desplegar su mejor expresión. 

Al analizar esa racha de 12 victorias consecutivas en casa que había logrado la selección a lo largo de la historia, vale recordar que varias veces corrió serio riesgo esa racha. Por ejemplo, en cuatro oportunidades los albicelestes lograron una victoria por menos de cinco puntos. El margen promedio de diferencia es de 12.5 puntos, pero si se analizan los juegos en donde participó gran parte de la Generación Dorada, la distancia se acrecienta exponencialmente. En el FIBA Américas de Neuquén 2001, en los albores de la GD, Argentina logró el triunfo oficial más holgado de su historia ante Uruguay (103-63), mientras que diez años más tarde, en el FIBA Américas de Mar del Plata 2011 se ganó por 35 puntos (86-51).

Así es el historial oficial entre Argentina y Uruguay, por partidos oficiales, en Argentina: