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¿Qué es de la vida de... Marcelo Solanas?

17:51 13/12/2019 | El padre del actual jugador de San Martín, Matías, fue un crack con una enorme proyección a fines de los '80, pero no pudo terminar de plasmar esa esperanza en mayores.

A la izquierda, un jovencísimo Solanas con Nito Miche (Foto Live Basketball) y a la derecha, hace pocos meses, despuntando su trabajo como entrenador

Como desde hace un tiempo, en Básquet Plus queremos recordar a figuras que, con el tiempo, han dejado de sonar en los oidos de los hinchas o fanáticos de este deporte, y también vamos eligiendo distintos parámetros para seleccionarlos. En el caso de hoy, fuimos a un exjugador que pocos conocen hoy en día, pero que en su época de gloria, fines de los 80-principios de los 90, tuvo su pico de fama: Marcelo Solanas.

El padre del actual jugador de San Martín de Corrientes, Matías, pintaba para ser un crack total cuando jugaba en selecciones argentinas de cadetes y juveniles, allá por 1985-1987. El Gráfico solía dedicarle unas cuantas líneas, porque era un escolta de 1.97 con un físico privilegiado, de los que escaseaban en esos tiempos. Lo llamamos y charlamos con él sobre su vida. 

- La primera pregunta es la del título, ¿qué es de tu vida?
. Mientras jugaba hice el profesorado de educación física y cuando me retiré en el 2007 con 37 años, me puse a trabajar de profe y actualmente tengo un cargo en una secundaria, una primeria, y también soy preceptor de un colegio de Paraná. Hasta diciembre del año pasado también fui entrenador en clubes locales o ligas provinciales. 

- Recuerdo mucho tu etapa de categorías formativas y siempre tengo en mente que eras la gran promesa de tu generación junto con Marcelo Nicola. ¿Qué te quedó de esa etapa y qué pasó después que no se terminó de concretar? No sé si te molesta hablar de eso.
. No, no me molesta. Hasta 1987, 1988, todo venía sobre ruedas. Yo tenía 17/18 años, pero después se estancó la situación, porque considero que no tuve los minutos que creía debía tener y eso me fue relegando. 

- Estamos hablando de la época de Echagüe. En 1988 jugaste bastante, pero en 1987 y 1990 poquito. 
. Bueno, en el 88 jugué mucho con el profe Justo Reynoso, pero en 1990 bajé mucho mi participación. Entre eso y que yo empezaba a ponerme en la cabeza la idea de estudiar, fue una decisión compatibilizar las dos cosas bajando de nivel deportivo, jugando ligas menores, para poder estudiar en Santa Fe y terminar en los 3 años que duraba la carrera. 

- Recordame un poco tu carrera post Liga A
. Y, yo dejé Echagüe en 1990 y de ahí en más me fui a Hindú de Paraná, volví a Echagüe con Horacio Seguí en la Liga B (hoy Liga Argentina), y después jugué mucho en el interior: ligas provinciales sobre todo. Pero estuve en Estudiantes de Olavarría también, ya en el TNA y en el proceso inicial de Sionista. En el 2002, las exigencias me pedían viajar demasiado y yo no podía, entonces seguí en Sionista, pero solo en el torneo local. En el 2007 me retiré con algunos problemas de espalda y ahora despunto el vicio en +45. 

-¿No te dio el cuero o vos decidiste bajarte un poco del tren? Porque eras un escolta de 1.95 con una enorme proyección, de lo mejor de tu camada. 
. En mi generación había muchos buenos jugadores. Salimos campeones sudamericanos de cadetes en 1987, en Cúcuta, donde yo era capitán, y la figura fue Gabriel Cocha. Estaban Chubi Susbielles, Pipío Pedemonte, Carlos Mazzini, Mario Laverdino, Nito Michel, Horacio Borghese, Jorge Rifatti, Lolo Farabello, Leo Montivero, Marcelo Nicola...pero no agarrábamos los mejores torneos de menores, esos le quedaban más a los clase 71 y 72, y yo soy 70. El entrenador era Vecchio y el asistente el Pato Debenedetti. 

- Ese fue el que selieron campeones, pero vos habías estado en otros antes. 
. Sí, siempre en cadetes, en 1985 en Perú y en 1986 en Venezuela. Al de Perú fui con 15 años. Había 10 fijos y el 11 y el 12 más chicos. El 11 era Juan Espil y el 12 yo. Ese año me lo acuerdo perfecto porque yo me volvía a Concepción del Uruguay y sobre el final me dijeron que iba con el equipo a Perú. Fue una experiencia hermosa. La figura de ese equipo era Ariel Bernardini, un jugadorazo. 

-¿Te quedó la espina de saber hasta dónde podrías haber llegado?
. En realidad, la duda que me quedó fue si podría haber jugado en la A más tiempo, pero no me quita el sueño. Estoy tranquilo con lo que pude hacer, a lo que llegué y lo que soy ahora. Me gusta recordar los buenos momentos, los malos, pero no más que eso. Disfruto viendo ahora a mi hijo Matute; no me quedan deudas. En los lugares donde jugué, disfruté el deporte a pleno. 

-¿Recordás lo que se decía de vos, que tenías un gran futuro?
. Sí, tengo revistas guardadas de la época, sobre todo porque mi familia estaba pendiente, como yo ahora con Matute, pero no le dábamos gran importancia. Reconozco los grandes jugadores que tenía al lado, y la verdad es que yo no sentía que fuera diferente, era uno más. 

- De alguna manera, lo disfrutás ahora viendo a tu hijo creciendo en la Liga A.
. Sí, acompañándolo en todo lo que puedo, sobre todo en lo que se refiere a cumplir con el trabajo. De tener objetivos. Estamos muy contentos con lo que hace y con que siga creciendo. 

-¿Es parecido a vos como jugador o muy distinto?
. A mí me gustaba tirar, pero en esa época se tenía que defender. Igualmente, creo que Matías supera ampliamente lo que yo hacía. Me comparo con él y tiene un montón de recursos. Ahora se juega a una velocidad tremenda tanto física como mental. Siento que me supera, pero para mí eso es un gran gusto. 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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