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Shaquille O’Neal es un jugador que siempre tiene tela para cortar, ya sea por su costado histriónico, siendo bromista, actor o simplemente siendo él en los programas que trabaja para la NBA. También tiene su lado empresarial con inversiones y visión de cómo administrar su fortuna y luego están las historias que le quedan de su carrera como jugador, donde tiene aún mucho para contar.

En su libro Shaqs Talk Backs, el pivote nacido en San Antonio expresó que para un jugador sea completo, además del juego, tiene que tener mucha personalidad y cuando se refiere a eso, significa ser muy competitivo, ser agresivo dentro de la cancha.

Durante su carrera se topó con buenos jugadores y otros que también lo eran, pero que no tenían la malicia suficiente para jugar y eso los hacía suaves, no intimidaban y cualquiera se animaba a enfrentarlos. Shawn Bradley y Michael Olowokandi fueron dos ejemplos de buenos jugadores, pero demasiados buenos a la hora de ser rivales: "Tal vez soy demasiado malo y competitivo, pero es mejor que no serlo. Miro a Michael Olowokandi y Shawn Bradley, eran grandes, tenían habilidades pero simplemente no eran malos. No jugaban duro" y por eso que fueron dos de los centros más suaves de la liga".

En cuanto a Bradley, el famoso pivote alto y flaco que jugaba en Dallas y Philadelphia y que se hiciera aún más famoso participando en la película de Jordan, Shaq tiene una historia risueña.

“Una vez Bradley me cometió una falta y me caí. ¿Sabes lo que dijo? ¿Estás bien, hombre? ¿Estás bien? ¿Estás bien? Lo dijo unas seis veces mientras avanzaba por la cancha. ‘Mi culpa, hombre. No fue mi intención hacerlo’, finalmente dije: "Estoy bien, Shawn. No te preocupes por eso",contó O’Neal.

Y para refrendar eso de que Bradley era muy suave, Shaq contó la noche que le metió como cuarenta puntos y el bueno de Shawn, tras el juego, le presentó a su familia, destrabando una especie de cargo de conciencia en el pivote ex Lakers.

“En un juego puse 40, 50 puntos contra él. Después del partido, trajo a su familia y me presenta: ‘Esta es mi esposa, quiere tomarse una foto contigo’.  Yo estoy como, 'Encantado de conocerte', sonrío a la cámara y luego me siento culpable por haberle volcado la pelota tantas veces esa noche”, reveló.

Shaquille O’Neal puso en el poster a un montón de pivotes, haciendo gala de su físico, potencia y destreza. Con algunos sintió orgullo de hacerlo por lo que significaba competir contra ellos y contra otros, simplemente un trámite por no demostrar férrea oposición, algo que a Shaq al parecer le daba un poco de cosa volcarles el balón.