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En un emotivo y esperado regreso, Derrick Rose, exestrella del básquet universitario, vuelve a Memphis. Rose, ahora como jugador de los Grizzlies de la NBA, tiene la oportunidad de reencontrarse con su pasado y escribir un nuevo capítulo en su historia deportiva.

El legado de Rose en Memphis es innegable. Durante su única temporada en la NCAA en 2007-2008, lideró a los Tigers a una destacada temporada regular con un récord de 30-1 y un impresionante inicio de 26 victorias consecutivas. Su habilidad en la cancha y su carisma lo convirtieron en el factor x, la gran estrella del equipo.

Aunque su actuación en la temporada regular fue destacada, fue en el Torneo de la NCAA donde Rose alcanzó su máxima expresión. Liderando a los Tigers a través de una serie de victorias sobre equipos destacados, incluyendo Michigan State y Texas, llevó a Memphis a la gran final del campeonato nacional. Durante ese increíble tramo, Rose promedió 20.8 puntos, 6.5 rebotes y 6 asistencias por partido, dejando una huella imborrable en la historia del baloncesto universitario.

Sin embargo, la gloria de aquel equipo y de Rose fue empañada por una controversia que resultó en sanciones para la universidad. Se descubrió que Rose no aprobó el examen de admisión SAT requerido por la NCAA para la elegibilidad de los estudiantes deportistas. Aunque fue otra persona quien realizó el examen en su nombre, las sanciones cayeron sobre Memphis, borrando sus registros y colocando derrotas en lugar de las victorias que obtuvieron en la cancha.

A pesar de las consecuencias y el escrutinio público, los logros de Rose y los Tigers de 2008 siguen vivos en la memoria de los fanáticos. La habilidad y el talento mostrados por Rose trascienden los registros y las sanciones impuestas por la NCAA. El impacto que dejaron en la comunidad de Memphis es innegable y ahora se presenta la oportunidad de revivir esos momentos.

La historia de Derrick Rose y Memphis es compleja y controversial, pero también es una historia de pasión y talento. La vuelta de Rose a Memphis nos recuerda que los errores del pasado no deben opacar los logros y el impacto positivo que un deportista puede tener en una comunidad.

El reencuentro entre Derrick Rose y Memphis es un momento para celebrar y dejar atrás las controversias. Ross no pisa aquel campus desde 2008. La universidad prohibió hablar del tema. La pancarta de aquellos logros fue retirada. Es toda una oportunidad de recordar y honrar el legado de un jugador excepcional que llevó a los Tigers a lo más alto. Que esta reunión sea el inicio de una nueva etapa.