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“Cuando nada parece ayudar, voy y miro a un picapedrero golpear su roca, tal vez 100 veces sin que se vea ni una grieta. Sin embargo, en el 101 se partirá en dos, y sé que no fue el último golpe el que lo hizo, sino todo lo que había ocurrido antes”.

Esta es la frase que cuelga en el vestuario de los Spurs, uno de los equipos más ganadores en la historia de la NBA.

Pertenece al reformador social Jacob Riis y se refiere a que todos los grandes logros vienen de pequeños inicios. Las semillas de cada hábito, repetición y esfuerzo crecen con el tiempo, germinando para convertirse en fuertes y sólidas plantas, teniendo paciencia, sin frustrarse ni ofuscarse cuando las cosas no salen como uno espera.

Exactamente de esa forma encaró el inicio de la temporada regular Facundo Campazzo, adaptándose al poco acierto exterior con defensa, agresividad, ataques al aro y una personalidad que no conoce de batallas perdidas.

4,0 puntos, 36,4% en tiros de campo y ningún triple convertido. Las medias del cordobés en sus dos primeros encuentros podrían engañar al ojo humano y advertir que no está teniendo un buen arranque.

Nada de eso. El de los Nuggets decidió que si todavía no entran los lanzamientos conseguirá otros aspectos en los que puede mantenerse productivo y motivado para mejorar el funcionamiento colectivo del plantel en ambos costados.

¿De qué forma? Retroalimentándose desde su insoportable defensa. ¿Se acuerdan de los desvíos? Campazzo se posiciona en el puesto 23 en la estadística en promedio (3,0) y total (seis) en toda la NBA, si se tienen en cuenta los jugadores que disputaron los dos encuentros de la campaña.

Y en Denver simplemente no tiene oposición en esa rama más allá de Nikola Jokic. Los dos se ubican en la primera posición del conjunto tanto en total como en promedio.

Actividad de manos, velocidad de piernas, capacidad de reacción por encima de la media y un crisol de molestia absoluta para sus rivales, como se puede ver en esta acción de anoche contra los Spurs. Se queda en el medio del codo y la esquina y anticipa adónde partirá el pase para provocar el desvío.

Lo mismo acá, cuando correctamente no salta a la ayuda del penetrador en el lado directo en el que se encuentra y otra vez se queda en el medio para puntear dos lanzamientos (cuarto mejor en Denver en tiros contestados hasta ahora con cuatro en total) en menos de un respiro y, por si fuera poco, generar la falta ofensiva.

Frente a Phoenix sucedió lo mismo y en ambos choques el de los Nuggets supo volver a ser el Facundo dominante desde su defensa, tan molesto como la primera alarma del día que todos desean apagar desde la comodidad de la cama.

Sucesivamente, Campazzo está encontrando los espacios en ataque, no desde el lanzamiento, sino buscando la pintura a partir de un mayor énfasis en las penetraciones en transición y en los cortes hacia el aro, mirando con más frecuencia el balón y no los espacios en los que ubicarse.

Este es uno de los mejores ejemplos. Intenta provocar el robo en el lanzamiento e inmediatamente después del fallo sale disparando en vez de quedarse esperando por la naranja. Jokic lo nota y en cuestión de segundos lo asiste para que Facu consiga los dos puntos. 

 “Está mejorando. Sí, a veces falla tiros, pero está practicando mucho. Lo he visto en las prácticas. Hoy jugó bien, eso es lo que importa”, comentó el serbio luego del partido de ayer con respecto al momento del argentino, en consonancia con el análisis de que poco a poco va adaptándose.

Luego de una pretemporada con algunas dudas, Campazzo volvió a demostrar una fortaleza mental única para adaptarse a las circunstancias y sobrevivir a las adversidades.

Como en Municipal, Peñarol, Murcia y Real Madrid. Cuando le decían que no podía, él seguía.

Empieza su próxima osadía.

Qué maravilla. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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