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“Acá hacen hincapié en otros detalles. Hay muchos cambios, siempre dependiendo de las características del rival. Por ejemplo: si el 4 que está en cancha es tirador o no. Y es determinante la comunicación con el compañero. Me estoy acostumbrando. En el Madrid prácticamente no cambiaba nunca de defensor".

Esas fueron las palabras de Facundo Campazzo en el último newsletter de Team Facu. La adaptación del argentino parecería estar cada vez más pronunciada, especialmente por su aporte en el costado defensivo. En ese entramado, su marcaje en el poste bajo ya no es objetivo de los rivales al buscar el cambio y cada vez luce más sólido. ¿Por qué? Las razones a continuación.

Inteligencia, esfuerzo y actividad de manos y pies le permiten al cordobés ser un problema en los cambios para los jugadores contrarios, que paulatinamente van evitando producir en la pintura a través del ataque en el poste bajo cuando Facu es la marca primaria tras un cambio luego de una cortina directa o secundaria.

Una estadística lo avala más que ninguna otra y es la cantidad de puntos por posesión que Facundo recibe en el poste bajo. Ocupa el puesto 52 en la NBA con solo 0,74 tantos permitidos esta temporada. 279 basquetbolistas entran en la muestra y el base se encuentra muy cerca de ocupar el Top-50 de toda la liga, algo impresionante.

No obstante, esa cantidad está condicionada por el hecho de que el argentino posee un porcentaje de menor participación que el resto de los líderes en ese apartado, con apenas 19 posesiones defendidas en el poste bajo en la 2020/21.  

Lo mismo ocurre a la hora de evaluar cómo incomoda a sus rivales, manteniéndose en el puesto 55 de la NBA con 38,0%, que es la misma media que poseen excelentes jugadores defensivos como Nicolas Batum y Aaron Gordon, entre otros. 

Es decir, cuando Facundo defendió en el poste bajo sus marcas le anotaron seis de los 16 intentos, a la vez que apenas le convirtieron en el 32,0% de las ocasiones (ocupa el puesto 20 en toda la NBA) y solo envió a la línea a sus rivales en el 11,0% de las veces. 

Su efectividad se traduce en confianza por parte de su entrenador y una bomba desactivada para una defensa que busca casi siempre los cambios en las cortinas, especialmente en las directas. Tampoco permite que los portadores de balón a los que les gusta postearse, como Russell Westbrook, por ejemplo, saquen provecho en aclarados. 

De hecho, el armador de los Wizards apenas le pudo anotar dos puntos durante los 3:25 en los que lo defendió el argentino. No solo eso, también le provocó tres pérdidas y lo mantuvo a un 50,0% de campo. 

"Los entrenadores no son tontos y ven cuando un jugador hace lo correcto en cada posesión, ya sea en ataque como en defensa. Ven cuando alguien juega con el espíritu que juega él, con la intensidad... Es muy difícil no hacerlo jugar. El coach tiene mucha presión, piensa 'tengo que encontrar la manera de hacer jugar a este chico', porque cada cosa que hace, hace lo correcto. Mike lo destaca constantemente", fue la evaluación que hizo Pablo Prigioni en el podcast Hola, qué tal.

Su adaptación en ataque continúa siendo irregular, pero en defensa es diferencial y por eso se ganó un lugar. Desde Córdoba para el mundo, un argentino escribiendo su propio juglar. 

Solo quiere jugar y aportar. Lo único que desea es ganar.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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