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6,0 segundos para el final del partido. Brooklyn perdiendo por dos ante Milwaukee y no mucho por hacer ante la defensa de PJ Tucker. Amague y ataque por la izquierda, freno, giro y tiro en suspensión que entra sin oposición para mandar el partido al suplementario.

La última obra en los playoffs de Kevin Durant, el amanecer antes de que llegue la noche en la prórroga, en la que su soledad fue el principio del fin para los Nets, que no pudieron llevarse el séptimo juego, pero sí dejaron una certeza: cuando el siete está sano, no hay nadie mejor que él.

Volvió de una grave lesión en el tendón de Aquiles de la que nadie regresa jamás de la misma forma, retomó como si nunca lo hubiera dejado y fue determinante en los dos costados de la cancha para Brooklyn en la postemporada, en el momento que separa a los niños de los hombres.

34,3 puntos, 9,3 rebotes, 4,4 asistencias, 1,5 robos y 1,6 tapas en 12 partidos de playoffs, lanzando 51,4% de campo, 40,2% de tres y 87,1% en libres, sin grietas en su juego y destacándose a nivel general de la NBA en la mayoría de los apartados, el veterano hizo todo lo posible para evitar la eliminación de los Nets y dejó en claro que puede dominar como ninguno en el escenario más complicado del planeta.

Desde el dribling, ante marcas de primer nivel como PJ Tucker, Jrue Holiday y Marcus Smart, entre otros, el de la Gran Manzana no tuvo oposición, haciendo daño en los aclarados, el poste medio o el pick and roll.

Por ejemplo, en los aclarados solo tres jugadores promediaron más puntos que Kevin en esta postemporada, ya que el exbasquetbolista de los Warriors tuvo una media de 7,7 tantos por encuentro, con 1,06 unidades convertidas por posesión y a un percentil de 63,6.

Lo mismo en el poste, donde solo Joel Embiid (1,19 puntos en 7,7 posesiones por juego) anotó más tantos en promedio que Durant (1,17 en 4,4) si se tiene en cuenta los basquetbolistas que en estos playoffs tuvieron más de cuatro posesiones de media en esa zona.

Y, por último, también estuvo en la élite como portador de balón en el pick and roll, promediando 6,8 puntos bajo un percentil del 83,1 y logrando la cuarta marca más alta en tiros de campo efectivos (58,5%) entre los jugadores que lanzaron cinco o más lanzamientos de media en los playoffs de la 2020/21.

El mismo cuento atrás, donde una defensa por momentos deficiente (solo siete equipos tuvieron peor rating defensivo que Brooklyn en la última temporada regular) le obligó a no regalar nada nunca en la marca, para ofrecer su versión más óptima gracias a su velocidad de pies, envergadura, posicionamiento, disciplina y esfuerzo.

Desde las deflections hasta los box-out, los frenos en transición y los robos, Durant aportó su versatilidad para ser un verdadero two-way, ese sobrenombre que se le da en la NBA a los jugadores cuyo aporte es contundente y dominante en ambos costados.

Puesto 13 en la NBA en desvíos con 2,7 por encuentro, misma posición en balones recuperados en defensa con 0,6, 12 en tiros de tres punteados y 15 en lanzamientos contestados en dobles y triples con 8,9 por encuentro, las estadísticas pocas veces mienten y en estas situaciones le dan la justicia y un punto a favor a Durant. 

Atrás y adelante, la contundencia de Kevin fue tal que se tradujo en un impacto estimado de jugador del 19,7 que hasta ahora sigue siendo la mejor media de la NBA en estos playoffs.

Desde la triple amenaza, con fortaleza, sin huyendo de los contratiempos en forma de lesiones, en la derecha, la izquierda, adentro o afuera de la llave, la más reciente obra de Durant fue tal que nadie lo pudo igualar.

Un balón y a jugar, solo él sabe así en la actualidad dominar. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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