El play-in de la NBA, ese formato de competencia para definir a los últimos cuatro clasificados a los playoffs sigue generando controversias a pesar de sus cosas buenas. Comenzó en la burbuja de Orlando, se mantuvo esta temporada, fue muy criticado y planean seguir utilizandolo.
Una vez pasada esta primera experiencia en una temporada dentro de la normalidad, Adam Silver ratificó su interés de mantener el sistema al largo plazo, aunque reconoció que tiene dos puntos a los que debe convencer para que la idea se cristalice. Los equipos y los jugadores.
El crecimiento del consumo de los partidos de la primera parte de la competencia creció inexorablemente en la recta final y durante el play-in. Esa es su principal ventaja, le agrega partidos importantes al formato tradicional. A su vez, evita el tanking excesivo ya que son más los equipos que compiten por meterse en vez de pensar directamente en mejorar su posición en el Draft.
En contraposición, el sistema tiene cierda crueldad y quizá algo de injusticia. Ya lo dijo Doncic cuando Dallas todavía naufragaba en esa posibilidad: "Para que jugamos 72 partidos si después podemos quedar afuera solo en uno", expresó el base esloveno. Así mismo, LeBron James criticó el hecho de agregar más encuentros en una temporada muy ajustada y con poco descanso.
"Por ejemplo, un jugador, que está en el comité ejecutivo del sindicato, me dijo ayer que le gusta mucho el play-in, pero que sintió que podría ser un poco injusto. Por ejemplo, si fueras el séptimo clasificado y estuvieras un número significativo de partidos por delante del octavo… la idea de que puedas perder dos encuentros y quedar fuera de playoffs parece injusta", expresó el comisionado de la liga.
Realmente, si el séptimo y el octavo lugar tienen una ventaja considerable de partidos ganados respecto del noveno y el décimo suena ilógico que puedan ser eliminados de la postemporada en un sistema tan corto y tan definitivo. Ante todo, Silver está dispuesto a trabajar para modificar el formao y que todos se queden contentos.