Historias LNB

Luciano Guerra, mucho más que un fallido triple doble

14:44 08/05/2022 | El base demostró un salto de calidad esta temporada y a pesar de haber sido célebre por un error estadístico, su año de Liga ha sido muy bueno. En BP conocemos su historia.

Luciano Guerra (Foto: Liga Contenidos)

Luciano Guerra es de esos jugadores que llegan desde el ascenso en silencio y solo se dedican a trabajar y conseguir el objetivo de muchos, establecerse en la Liga Nacional. Alcanzarlo no es una tarea fácil, requiere de mucha entereza mental para afrontar el desafío sin morir en el intento. Esta temporada dio un salto de calidad, se erigió como una pieza importante en Comunicaciones y por unas horas fue un jugador que se metió en la historia del certamen al conseguir un triple doble en la victoria ante Unión. Sin embargo, aquellas felicitaciones naturales tras el triunfo tuvieron que ser enviadas a la papelera de reciclaje, dado que un error en la planilla (le habían contado una asistencia que no correspondía), quedó sin efecto triple doble.

A pesar de haber sido célebre por un rato en el mundo del básquet nacional, aquella situación hoy es una anécdota más para su corta carrera y otra razón para entender que su juego va por el camino correcto: “El día del casi triple doble (risas). Cuando terminó el partido pensé que me estaban haciendo una broma, pero cuando los chicos me felicitaron me di cuenta que era en serio. Era muchísimo y muy pocos lo habían logrado. Me puse contento, ese día mis papás estaban de visita en Mercedes y fueron a la cancha, era todo más que redondo. Al día siguiente me avisaron que había una asistencia mal anotada y chau triple doble, pero bueno no le di mucha importancia. Fue algo lindo, espero algún día lograrlo realmente y poder estar entre esos jugadores”, reconoció Luciano sobre su noche ante Unión de Santa Fe.

Los Guerra, una familia con ADN básquetbol

Municipal de Córdoba, el club en el que el estadio de básquet ahora se llama Facundo Campazzo, tuvo a los Guerra entre sus filas con dos generaciones, primero papá Gustavo y luego sus cuatro hijos menores. Después llegó el momento por cuestiones familiares cambiar de locación y dejar Córdoba capital por Colonia Caroya y con ello la aparición en escena del Bochas Sport Club, donde el menor de los Guerra, Luciano, comenzó a destacarse en formativas.

“Cuando era sub 13, con toda mi familia nos mudamos a Colonia Caroya y junto con eso venía mi nuevo club, “el bochas”, en donde iba a seguir todas las categorías formativas hasta ser sub 19. Bochas Sport Club es mi club, donde siempre me sentí como en mi casa y al que le tengo muchísimo cariño. Hasta el día de hoy vuelvo y me pone muy contento haber llegado a esa institución y haber podido crecer en esa cancha”.

El Bochas fue la casa donde se hizo Luciano, allí creció y marcó sus días más felices de la infancia junto con un amor por la pelota naranja que fue en ascenso y sus cualidades lo hacían ser cada vez más importante para la realidad competitiva de la institución. Al respecto de esto último, Bochas Sport Club estuvo mucho intentando ascender en el asociativo de Córdoba, pero no podía y justo el año en el que estaba en posición de hacerlo, a su joven figura, Luciano Guerra, lo requerían de Barrio Parque para jugar el TNA o Liga Argentina.

Si, durante mucho tiempo el bochas hizo un esfuerzo muy grande para poder ascender en el torneo asociativo. Justo cuando empezaba el ex Tna en Barrio Parque, era el momento en el que se definía el torneo asociativo. Así que bueno, lo que les pedí a la gente de Barrio fue que me dejaran terminar el torneo con mi club y después incorporarme con ellos. Por suerte no tuvieron ningún problema, siempre se portaron muy bien conmigo y todo salió bien porque pudimos ascender con Bochas. Yo era sub 19 en ese momento y fue una alegría enorme irme de esa manera”.

Barrio Parque y el camino de lleno al profesionalismo

La historia del equipo más grande o aquel que juega a nivel nacional, yendo a buscar a la figurita de un club con menos recorrido es algo normal y generalmente se da cuando se enfrentan unos con otoros. Así describió Guerra su inicio de relación con Barrio Parque: “Con Bochas jugamos una Final Four por el torneo asociativo contra Barrio Parque y  ahí dirigía Jose Gutiérrez, quien junto con Alejandro Lotterio me dieron la invitación para sumarme a su equipo luego de ese torneo”

“Fueron mis primeros pasos en una competencia profesional y  aprendí muchas cosas nuevas en el día a día. Tuve la suerte de llegar a equipos con excelentes personas que me ayudaron y me dieron la confianza para crecer como deportista y persona. Toda la gente de Parque, mis compañeros, Ale Lotterio, Mario García y muchas personas más me hicieron pasar años excelentes en el club”, rubricó Guerra sobre su paso por Barrio Parque, institución a la que guarda también un cariño especial.

En cuanto al cambio de juego del asociativo a la Liga Argentina, el base remarcó: “Lo primero que sentí que debía cambiar era mi físico, mejorar mucho en ese aspecto, me sentía muy lejos de ellos. Con el PF Mauricio Moyano hicimos mucho hincapié en esto, me dio una mano enorme. Me enseñó a trabajar diferente con mi cuerpo y mi cabeza. En lo que respecta a la parte de básquet no sentía que desentonaba tanto pero tenía que acostumbrarme a jugar de otra forma, empezar a cumplir roles más definidos y subir mi nivel para poder competir con ellos”.

Comunicaciones de Mercedes, una zona de promesas

Llegar a la Liga Nacional era la meta final del primer nivel de ilusiones, ser un jugador de liga en una familia basquetbolera es algo que para nada pasa inadvertido. “Desde chico ya soñaba con jugar en la liga. La veía por la tele y tengo recuerdos de ir con mi familia cuando yo era muy chico a ver a Atenas en el Cerutti donde no entraba ni un alfiler y yo me fascinaba por estar ahí algún día. Ya cuando era sub 15 estaba decidido que quería dedicarme a esto. No sabía si era probable, lo veía como algo muy lejano pero en mi cabeza la idea ya estaba instalada”.

“Cuando me llamaron de Comu fue una sensación increíble. Tenía una mezcla de ansiedad y felicidad. Quería empezar ya a entrenar en Comu para ver cómo era todo, estaba cumpliendo uno de mis sueños, había esperado mucho tiempo para llegar ahí y lo estaba por lograr así que imagínate lo contento que estaba. Mi familia como siempre compartiendo mi alegría y apoyándome desde siempre. Fue algo muy lindo”, aseveró luego de que su vida se pusiera en marcha hacia Mercedes para jugar la Liga, hace ya tres temporadas atrás.

En esta última campaña su salto de calidad quedó marcado en sus números más que interesantes (9.7 puntos, 3.7 rebotes y 3.6 asistencias) y a pesar de la irregularidad del equipo, su aporte dio un paso al frente.

“Personalmente fue otro año de aprendizaje, compartí con jugadores de mucha experiencia en la liga y eso siempre es positivo. Me sentí con más confianza, pude empezar a mejorar cosas que la temporada anterior sentí que necesitaba y me dieron el lugar para tomar más decisiones”.

Pablo Prigioni, consejos y aprendizaje para siempre

A veces lo que se vive en a los 14, 15 o 16 años son momentos que se guardan para toda la vida y para aquellos niños o jóvenes fanáticos del básquet, presentarse a un campus en el que este Pablo Prigioni es de una valor emocional incalculable. Luciano tuvo la dicha que cruzar algunas palabras conél y hasta jugar un picadito con quien era en ese entonces base de los Knicks.

“Recuerdo que fui a un campus de Pablo Prigioni que se hizo justamente en Río Tercero. Él en ese omento estaba jugando en New York Knicks y tuvimos la suerte de pasar como 3-4 días con él. Comía con nosotros, entrenaba, pude jugar un 2vs2 y hasta charlé mano a mano con él (cuando me dejaron de temblar las piernas). Me dijo cosas que me sirvieron mucho. Un genio total, muy humilde). Me dijo que tenía talento y que mi techo en cuanto a crecer en este deporte dependía de mi, de lo que entrene y la pasión que le ponga. Eso me quedó grabado”.

Aquel campus estuvo repleto de sorpresas y para alegría de papá Gustavo, también apareció por allí Marcelo Milanesio, la cara del baloncesto en Córdoba e ídolo de distintas generaciones de basquetbolistas cordobeses. Lucho, además de estar cerca de él y charlar, tuvo que competir en un certamen de triples donde lejos estuvo de salir victorioso según recuerda.

“En esos mismos días pude charlar con Marcelo Milanesio, también jugué un concurso de triples contra él, lógicamente me ganó, (estaba de campera, jean y tiraba casi sin saltar.) Fue una experiencia muy linda”.

Luciano Guerra, el chico del Bochas que ya es de Liga Nacional.

Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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