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Matías Solanas tuvo una excelente irrupción en la Liga Nacional la temporada pasada. Paulatinamente se convirtió en uno de los máximos anotadores de San Martín, siendo paciente y aguardando su momento.

Su proceso esconde detrás una historia y mucho tiene que ver con el cambio en la forma de alimentarse. “Me decían gordito. En uno de los torneos con la Selección me di cuenta de que tenía que hacer un cambio en ese sentido. Yo veía a los jugadores profesionales y a los más grandes, que hacían sus dietas, veía lo que comían, les preguntaba, y tomé la decisión de ir a un nutricionista, y la verdad que me hizo muy bien”, confesó en una entrevista con el departamento de prensa de la AdC.

Luego de aquel cambio de chip se fue a La Unión de Colón, adquirió roce en el ascenso y no dudó cuando le tocó la chance de irse a San Martín. Primero estuvo sumando experiencia en la Liga de Desarrollo y finalmente en la máxima categoría.

“Los primeros dos años los tuve a Seba González, y ahora se viene el tercero consecutivo con Diego Vadell. El primero fue jugar siempre con la LDD, además de entrenar con la Liga, y si se daba, debutar con ellos. En el segundo ya tuve más oportunidades, y dejaron de ser cinco minutos, sino que pasaron a ser 10 o 15. Y ya con Diego fui el 2 suplente, y ya empecé a sumar más rodaje y más minutos, que fueron súper positivos”, explicó el tirador.