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El Mundial FIBA 2023 comenzó a finales de agosto, y desde el principio, Estados Unidos y Canadá se perfilaban como los máximos favoritos para llevarse la medalla de oro en esta nueva edición. Incluso Luka Doncic, líder de Eslovenia, considerada también una fuerte candidata, reconoció esto después de la derrota de su equipo ante los canadienses en los cuartos de final.

Sin embargo, la Copa del Mundo sorprendió al quedar fuera España, campeona vigente, en la segunda ronda, dejando el camino abierto para un nuevo contendiente. Hasta la derrota de Estados Unidos ante Lituania, los equipos norteamericanos parecían imbatibles y se anticipaba un enfrentamiento entre ambos por el oro. Por lo tanto, es sorprendente que la gran final sea un duelo entre europeos después de tanta expectativa en torno a los equipos americanos.

Alemania llegó al Mundial con la intención de superar su desempeño en el Eurobasket 2022, donde cayó en las semifinales frente a España. Sin embargo, sabían que la competencia sería mucho más intensa en un torneo mundial. A pesar de esto, Alemania sorprendió al vencer a Australia, medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de 2021, y avanzar como líder de su grupo a la ronda preliminar. Este impulso los llevó a superar a la sorprendente Letonia y enfrentarse a Estados Unidos en un partido en el que no eran los favoritos.

Por otro lado, Serbia enfrentó el torneo con desafíos debido a lesiones y ausencias notables en su plantel, como Nikola Jokic y Vasilije Micic. Además, su desempeño en el Eurobasket había sido decepcionante. Sin embargo, Serbia sorprendió al mundo al llegar a los cuartos de final tras una contundente victoria sobre República Dominicana, mostrando que eran un equipo a tener en cuenta. Con un triunfo ante Italia y llegando a las semifinales frente a Canadá, su destino parecía estar en contra de las expectativas.

Lo que hace que esta final sea tan impactante es que los favoritismos, las expectativas y el nivel de los jugadores de la NBA en cada equipo quedaron en segundo plano. Los equipos europeos ganaron gracias a su juego en equipo y un esfuerzo colectivo que los jugadores estadounidenses y canadienses no pudieron igualar. Esto fue evidente en ambos encuentros de las semifinales, donde los equipos europeos superaron a sus oponentes con un juego fluido, una excelente circulación de pelota y una lectura precisa de los ajustes del rival. En términos defensivos, la diferencia se hizo aún más evidente, ya que los equipos americanos no pudieron detener las ofensivas europeas.

La final es sorprendente porque, antes del torneo, nadie esperaba que Alemania y Serbia llegaran tan lejos. Sin embargo, en los momentos más cruciales del Mundial, ambos equipos demostraron la importancia del juego en equipo, una defensa sólida y la capacidad de no depender exclusivamente de un solo jugador en el aspecto ofensivo. Esto resalta la diferencia entre la NBA y el juego FIBA, donde la etiqueta de "Campeones del Mundo" tiene un significado más fuerte, más realista. Los equipos americanos no podrán reclamar ese título hasta el 2027 en términos de selecciones, haciendo más profundo el debate que se originó en este Mundial.