El reencuentro del trío campeón de Europa y la pertenencia al Barça
16:30 13/02/2024 | Con el retorno de Ricky Rubio, el Barcelona tiene hoy en distintos sitios del plantel a 3 de los que ganaron la última Euroliga juntos otra vez.
Parece eterno el tiempo transcurrido entre la última Euroliga ganada por el Barcelona. Y lo es. Nada menos que 14 años, algo inaceptable para uno de los grandes de la historia del básquetbol FIBA. Es curioso, porque cuando ganaron esa copa, 7 años después de la primera (2002/03), eran los reyes de España. El Madrid estaba en un pozo gigante y su festejo previo databa de 1995, con Obradovic y Sabonis.
Hoy todo eso es historia. Porque el Real Madrid hilvanó en los últimos 10 años una catarata de campeonatos ganados de todo color y tipo, se llevó 3 veces la corona europea (2015, 2018 y 2023), y en buena parte lo logró porque, increíblemente, ha conseguido construir una familia en el club más importante del mundo. Como el Barcelona de Messi en fútbol. Pablo Laso estuvo 12 años, Sergio Llull está por cumplir en mayo 17 años en el club, Rudy lleva 12, Chacho, en dos procesos, 8; Tavares 7; Causeur 7; Facu, en 3 procesos, 6; Deck, en 2 procesos, 6; Abalde 4 y así fue antes también, con Felipe Reyes (17), Jaycee Carroll (10), Anthony Randolph (7), Jeffrey Taylor (7), Trey Thompkins (7). Y los títulos fueron incontables: ¡25! Con 3 Euroligas, 6 ACB y 6 Copas del Rey imcluidas. Heroico.
La última maniobra, que encima les dio resultado, fue despedir a Laso, aprovechando su incidente de salud, y dejar a Chus Mateo, y salir campeón de Europa igual. Y eso, de alguna manera, terminó por convencer al Barcelona de que debía seguir el ejemplo del odiado enemigo deportivo, pero vital para la competitividad de ambos. Entonces los catalanes, que ya tenían a Juan Carlos Navarro, La Bomba (MVP de aquella final europea en el 2010) como director de la sección de baloncesto del club, eligieron a un novato como Roger Grimau y le dieron el adiós a Saras Jasikevicius, a pesar de sus 3 F4 consecutivas (todas perdidas, obvio).
Grimau también fue parte del Barcelona campeón del 2010, no en un rol decisivo, pero como base/escolta suplente y con mucha indentificación con el club. Como Navarro. Ese campeón, que masacró en París al Olympiacos en la final (86-68), tenía también a otros jugadores muy relacionados con la camiseta: Víctor Sada (hoy asistente de Grimau), Pete Mickeal, Fran Vázquez y un recién llegado niño de 19 años, decidido a llevarse el mundo por delante, de la inagotable cantera del Joventut de Badalona: Ricky Rubio.
Ricky solo jugó ese año y el siguiente y se marchó a la NBA para no volver más, hasta la semana pasada, en la que también se sumó a este nuevo proyecto del Barcelona, que como el Madrid, busca seguir sumando piezas a un puzzle que tenga más que ver con la identidad que con los nombres. Y ahora, con Navarro en los escritorios, Grimau y Sada en el banco y Rubio comandando la orquesta, la cosa tiene más color. Habrá, eso sí, que tener paciencia. Una familia no se arma en un año.
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