Análisis para el 2023: ¿dónde está parada Argentina?
09:39 08/01/2023 | El 2022 mostró claramente dos caras, muy lógicas: una con el equipo completo y otra sin él. Igualmente, la selección empezó otra era.
El formato de Ventanas que implementó FIBA en el 2017 para potenciar su Copa del Mundo y así generar atractivo todo el año, ha tenido muchas consecuencias. Por un lado, claramente se logró instalar a las selecciones nacionales durante todo el calendario anual, y no solo con una competencia en los recesos cada dos años, llenando estadios y aumentando la pertenencia del público. En eso, resultó 10 puntos.
Por el otro, el efecto más negativo ha sido el de distorsionar la realidad deportiva de los países. Al no poder tener a sus figuras de la NBA y Euroliga en buena parte de las Ventanas, equipos fuertes se debilitaron y equipos débiles disimularon sus defectos, emparejando hacia abajo el nivel. Eso provocó que países con tradición como Croacia ya estén afuera del Mundial. Y que otros estén cerca, como Turquía.
De este lado, en Sudamérica, ocurrió algo parecido, aunque en otra escala. Y Argentina fue la que más fluctuó cuando tuvo a sus estrellas a cuando no las tuvo. Con todos, fue campeón de la Americup, sin varios, perdió de local con Venezuela, le ganó con lo justo a Panamá y a Bahamas. ¿Cuál es su verdadera cara?
Como todo, la única real es la del equipo completo. Con ese plantel irá al Mundial 2023 si lograr completar la clasificación en la Ventana de febrero, pero así y todo, el análisis que hacemos aquí es cómo está parado de frente no solo al 2023 sino a los Juegos de París 2024, a los que clasificarse costará mucho.
La situación cambió para bien en el último año. De tener a Deck sin jugar en la NBA, Vildoza lesionado y también sin jugar y Campazzo calentando banco en Denver, se pasó a los dos primeros siendo figuras de la Euroliga y Facu volviendo a Europa para, suponemos, también tener una subida en su rendimiento a partir de jugar con continuidad. A eso, agregarle la explosión de Lapro en el Barcelona, lo que da 4 jugadores Top en el mundo FIBA. No son tantos los que pueden ofrecer eso.
¿Alcanza? No, para llegar a París no alcanza. Alcanzó para ganar una Americup sin mucha convocatoria, donde casi nadie fue completo. Pero creer que estamos en una situación similar a la del 2019 sería un error. Y va más allá de la ausencia de Scola, aunque es un factor importante. Argentina necesita, sí o sí, volver a hacer todo al 110%: preparación y juego.
Tokio encendió la alarma, porque la preparación no se pareció a la de China, con pandemia y muchos factores en el medio (para China todo salió redondo, para Japón, no), y el resultado fue contundente: sin todo al 100%, Argentina no puede competir. Hace 10 años, podía hacerlo porque le sobraba talento. Ahora no. Lo que sí tiene es una de las mejores media cancha del mundo. Y uno de los mejores ala pivotes. Es una buena base desde donde construir.
Yendo al plano puramente de material, Argentina tiene, además de los 4 jugadores mencionados, una buena cantidad de jugadores compitiendo en Europa, algo que hoy es absolutamente fundemental: Brussino, Fjellerup, Garino (si logra regularizar su situación física), Zurbriggen, Vaulet y, pensando más a futuro, el chico Juan Fernández del Fuenlabrada, eslabón a desarrollar y pulir como elemento central de la próxima década. En Italia está Carlos Delfino, que todavía puede dar una mano, y en Lituania, Marcos Delía. Y Leandro Bolmaro en la NBA. Que ojalá también vuelva a Europa el año que viene, ahora que Utah ya le confirmó que no tomará su tercer año de contrato. Puede seguir el camino de Deck, Vildoza y Facu. Recuperar la alegría de jugar.
Fjellerup dio un salto de calidad grande en el Girona, jugando bien en el Ascenso y sin desentonar en la acb, más allá de la ubicación del equipo. Necesitaba eso y, con 25 años, debería proponerse no volver a faltar de una selección. Zurbriggen, como otros bases que mencionaremos en este informe, la tiene complicada por su puesto, donde hay muchos, pero por edad (24), puede esperar y aprovechar cuando las Ventanas impidan que vayan los de Euroliga. Está haciendo una experiencia sin desperdicio en Obradoiro.
Digamos que ese es el núcleo central. En total, 13 jugadores. No se puede armar un equipo final con ellos porque faltan internos y sobran perimetrales, pero es la base. ¿Cómo complementarla hoy? En el extranjero hay algunos otros jugadores a seguir de cerca. Uno poco atendido hasta ahora es Fausto Ruesga, el pibe de 22 años surgido de Bahía Basket que arrancó en Andorra en la acb y ahora juega LEB Plata con Benicarlo. Dos metros y un poderío físico poco habitual para un argentino.
Otro es obviamente Francisco Cáffaro. El santafesino no ha logrado en estos años hacer pie en la NCAA en una Universidad grande como Virginia, y termina su ciclo en abril. De la elección que tome a futuro dependerá su carrera, y también parte de las expectativas de Argentina. La NBA no es un destino posible, y debería buscar buen asesoramiento para caer en un sitio donde aprenda y juegue, porque necesita ambas cosas urgente.
Tomás Chapero, de 21 años y 2.08 metros de altura, ya estuvo participando de selecciones mayores y se mostró como una alternativa para estar ahora. Le falta rodaje, en España juega LEB Oro (poco), pero eso le permite rozarse con jugadores de nivel medio a alto. También está afuera con nivel para una selección mundialista José Vildoza. Lamentablemente no siguió en Europa y bajó al Flamengo, pero es joven y puede volver pronto. Está en un puesto, igualmente, donde Argentina tiene su máximo potencial, pero sirve para el futuro no tan lejano recambio. Lo mismo que Juani Marcos, que lo está haciendo muy bien en la LEB Oro y, con 22 años, maduró mucho en su juego.
¿Y en la Liga? Para pelear por un lugar en un equipo que vaya al Mundial o a los Juegos Olímpicos, son pocos los jugadores con chances hoy. Para ser parte de una rotación, diríamos que ninguno. Si bien Taya Gallizzi ha estado en casi todas las últimas convocatorias, está demostrado que al primer nivel mundial le cuesta mucho. Y no hay otros superiores a él contrastados. Podría estar Javi Saiz en un rol similar, o el Toro Acuña, pero muy difícil para cualquiera de ellos.
En otro puesto, Nico Romano es el mejor hoy en el país, pero no está para un Mundial o JJOO. El que sí podría ir, por una cuestión de proyección, condiciones que hacen falta y crecimiento, es el chico Bautista Lugarini, que Instituto rescató de España y viene mostrando mejoras a partir de tener muchos minutos en una Liga muy táctica y ordenada.
Pipi Barreiro (1999) todavía está un escalón abajo como para poder colocarlo en esta lista. Pero podría llegar con trabajo y esfuerzo. Federico Elías (1999) también podría tener su chance si sigue creciendo y se afirma como tirador letal, algo que escasea en el mundo. Lautaro Berra (1998), está haciendo su mejor temporada y estuvo en varias selecciones sin muchas chances de jugar. Es un gran momento para que deje a la vista lo que puede hacer. Franco Baralle (1999), está en una situación similar. Cuando haya Ventanas sin los principales, seguramente estará. De él dependerá, y de cómo maneja sus próximos años, dónde estará su techo. Lo mismo pasa con Matías Solanas (1998), un tirador especialista, que necesita una nueva oportunidad con el equipo cuando haya espacio.
En definitiva. Argentina necesita ya pensar el resto de esta década. Los líderes que vienen jugando en la selección desde hace 8-10 años (Campazzo, Lapro, Deck, Delía, etc), todavía tienen mucho para dar, pero a diferencia de la Generación Dorada, este recambio se terminará dando más rápido, porque la GD se extendió tanto en el tiempo que provocó un recambio corto.
La situación es compleja, pero como complementaremos con otra nota con los proyectos que hay de 17 a 22 años, no es desesperante. Lo que se necesita es acción, planificación y ejecución. Con el arribo de Pablo Prigioni a la selección se ganó mucho: es un entrenador que vive el día a día en el máximo nivel en cuanto a los avances del juego. Y generará también compromiso de los jugadores y de los que pueden aportar desde afuera. Su única contra es que no está en el país y necesita ayuda de sus colaboradores para seguir a los jugadores de la Liga y a los jóvenes que están en Europa.
El Mundial está encima y, para no perderse París, no se pueden dejar esas tres premisas (acción, planificación y ejecución) para más adelante. Hay que arrancar ya.