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El 11 de febrero del 2023 era la fecha que había marcado a Marco Giordano como la última en la que fue feliz dentro de una cancha de básquet. Y el 20 de octubre seguramente sea también recordado por el rosarino como el día en el que volvió a hacer lo que más le gusta.

Ese día el base debutó con 8 puntos en el Esperia Cagliari de la Serie B Interregionale, que cayó por 68 a 66 ante Carver Roma. A su vez, este sábado jugó su segundo partido y fue con victoria como local por 74 a 65.

La rodilla dejó de ser un problema y el joven base volvió a jugar. “Es una disfunción del movimiento, sin dudas, y de la fuerza. También me dijeron que se originó por sobrecarga y de todo esto que te comentaba, la mala estructura que tenía mi cuerpo, por llamarlo de alguna manera, las secuelas de la operación de cadera y otras disfunciones más. Al estar tanto tiempo parado y con dolor, ese dolor se hizo crónico. Pero no me va a doler toda la vida, sino que tiene solución” contaba en charla con Básquet Plus.

“Lo mío era avanzar, avanzar, llegar y ahí decir, ‘no, me parece que por acá no es’ y retroceder. Así varias veces. Encima sentía mucha culpa de comprometerme con Regatas porque pensaba que me iba a recuperar, eso no pasaba y era una carga extra. Me pasó dos veces lo mismo” agregó sobre los duros momentos”. Y con solo 24 años sentía lo peor: “Me sentí re contra retirado. Fue bastante duro. Siempre pensé en un plan B. En un momento me costó aceptar que no iba para ningún lado, que quizá no funcionaba, que no había solución”.