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Era el año 2013 y Emanuel Ginóbili ya era una estrella en San Antonio, había ganado tres anillos de campeón y era un ícono de la franquicia. Pero en ese año se vio que el argentino no era un buen anfitrión: invitó a Carlos Delfino a comer a su casa ya que el Lancha fue con los Rockets a Texas para enfrentar a los Spurs, pero la comida no terminó como ambos esperaban.

El 28 de diciembre de ese año los Rockets visitaban a los Spurs y la noche anterior el santafesino se fue a cenar a la casa del zurdo para compartir un momento relajado, acompañado entre amigos, ambos lejos de los suyos. Todos comieron lo mismo, salvo Delfino, que no quedó conforme con lo servido y terminó agregando algo más a su menú.

“Fui a su casa y todos comimos lo mismo, salvo un pequeño trozo de salchicha que comí yo. Estuve mal del hígado durante 72 horas y todos ellos están perfectamente”, le dijo al Houston Chronicle luego del acontecimiento. En definitiva, el de los Rockets no pudo jugar frente a San Antonio, ni tampoco al día siguiente contra a Oklahoma City.

Carlitos se tomó la situación con cierto humor y para cerrar, comentó entre risas: “Puede que la próxima vez que juguemos contra ellos hable con mi mujer para que ‘prepare’ alguna salchicha para él o algo así”.