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Hubo una época, allá por mediados de los 90 y un poco más atrás también, que los amantes del baloncesto en Argentina se preguntaban cuando habría un argentino jugando en la NBA. Estuvieron cerca el Loco Montenegro, el Pichi Campana, pero nada y solo comenzaban a aparecer rumores de unos pibes talentosos que podían llegar a aspirar con alcanzarla, pero del dicho al hecho, finalmente, no hubo mucho trecho.

Los primeros fueron el Colo Wolkowyski y Pepe Sánchez y luego llegó Manu Ginóbili, aquel que rompió el molde y expandió el límite de crack a otras esferas y arrancó siendo un desconocido en la NBA y terminó siendo una leyenda, a punto de ser un Hall of Fame, un hecho de un valor incalculable pensando para un Argentino, y más retrocediendo a esa década del 90 cuando pocos soñaban con un argento jugando en esa liga de estrellas, cada vez más masiva.

Finalmente llegaron y se abrió la puerta para varios jugadores, muchos ellos de la Generación Dorada y por consiguiente en la misma temporada llegó a ver seis al mismo tiempo en las temporadas 2007/08 y 08/09. A partir de esto surgieron los duelos entre compatriotas donde Manu, quizás jugando con el caballo del comisario respecto al equipazo que eran sus Spurs, dominó casi todos los duelos.

Comenzando en su Head to Head frente a Luis Scola, hay que destacar que el Gran Capitán se la puso bien difícil. El historial en 21 partidos es favorable para Manu por 11-10 y por caso con el Luifa jugando para Houston, los Cohetes se impusieron en 7 de los 12 enfrentamientos, un verdadero lujo. En los clásicos de Texas entre el bahiense y el porteño, el ala pivote sacó una ventaja de 7-5 y como dato en el primer partido entre ellos, Luis metió 24 puntos y fue la gran figura de los Rockets.

Con Nocioni la paternidad es casi hegemónica, sobre todo cuando el Chapu jugaba para los Bulls, en su mejor momento de la NBA. El cara a cara lo pone a Manu con un positivo 12-3 en 15 encuentros y los Spurs midiéndose con los Baby Bulls del santafesino, el resultado es de un inapelable 8-1 para las espuelas.

El tercero que tiene más cantidad de partidos ante Ginóbili, es Carlitos Delfino, quien suma 10 partidos y solamente se pudo imponer en tres ocasiones. Justamente ante el Cabeza, el 20 suma su mejor promedio de puntos con 16.2 puntos, 5.3 rebotes y 4.1 asistencias.

Pablo Prigioni es otro de los que puede presumir que a Manu lo tuvo de hijo, pero solo cuando estaba en los Knicks. Con la 9 naranja de Nueva York, el cordobés le ganó dos de los tres enfrentamientos, pero claro que cuando fue a los Clippers y los Rockets, su historial terminó quedando en negativo ante el surgido en Bahiense del Norte por 4-2.

Fabricio Oberto, Walter Herrman y Juan Ignacio Pepe Sánchez, apenas se enfrentaron una vez ante Emanuel David en la NBA y mordieron el polvo. Fabri fue mucho tiempo compañero, pero cuando se fue a los Wizards le tocó sufrir a Manu, en tanto que Walter lo padeció cuando jugaba en los desaparecidos Bobcats y Pepe en los Pistons.

Para el cierre dejamos al único argentino al que Manu no tiene de hijo en la NBA y es justamente, un jugador actualmente en actividad, Nicolás Brussino. El alero espigado de Cañada de Gómez lo enfrentó dos veces al bahiense y el resultado marca tablas en uno. Aunque el aporte de Nico no fue tanto y apenas estuvo 4’ de cancha en aquel triunfo de los Mavericks ante los Spurs una noche de enero del 2017.

No te metas con Manu podría ser el título del film, pero a decir verdad nada le gustaba más a Manu que enfrentar a compatriotas por el solo hecho de encontrarse en la previa con sus amigos, charlar un rato y eso sí, cuando la pelota estaba en el aire y los uniformes indicaban camisetas distintas, su instinto competitivos no tendía misericordia. Ganar era la única cuestión, sin importar quien este frente, porque negocios son negocios.
 

Mauro Osores / [email protected]

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