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En este contexto, una de las historias más inverosímiles ocurrió en base a un capricho entre dueños. En 1978, los Boston Celtics y los Buffalo Braves (hoy, los Clippers) decidieron intercambiar a ambos propietarios de las franquicias entre ellos, siendo la única vez en la historia de los deportes que ocurrió este escenario. Irv Levin, el dueño de los Boston Celtics, quería mudarse hacia la costa oeste, pero sabía que no tenía ninguna posibilidad de hacerlo junto a la franquicia, que ya era la más ganadora en la historia NBA. La liga nunca aprobaría ese movimiento, por lo que el comisionado David Stern tuvo que llegar a una solución.

Llamó al dueño de los Buffalo Braves, una franquicia con nulo éxito y nada por perder al momento, para charlar con John Brown, a quien pertenecía el equipo. Le propuso hacer un cambio entre Levin y él, quedándose con los Celtics en el Este. En la Junta de Gobernadores se aprobó 21-1 el traspaso, y el hecho fue consumado en julio de 1978.

Junto con el cambio de dueños, también se traspasó a la mayoría del roster de cada equipo entre ellos, para mantener la continuidad. Aquí es donde Levin, el ahora dueño de Buffalo, pudo haberse quedado con Larry Bird, quien nunca hubiera tenido su legendaria carrera en los Celtics de haber sido así. El propietario estaba mudando la franquicia a San Diego, y según dijo en el New York Times vía Peter May, sabía que Red Auerbach estaba muy ilusionado con él, y de habérselo llevado, Red se iba a asegurar de que no volviera a firmar con los Braves al final de su contrato.

 Al verano siguiente, Irv Levin transformó a los Buffalo Braves en los San Diego Clippers, y John Brown se sentó en el asiento jefe de los Boston Celtics, heredando la franquicia más exitosa en toda la liga, con la próxima gran estrella en ascenso como fue Larry Bird.