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No hay mucha información verídica sobre Corea del Norte. Encontrar datos acerca del país asiático es casi imposible. Es una burbuja que el resto del mundo jamás podrá entender ni comprender. A pesar de eso, algo que sí muchos saben es que su líder, Kim Jong-un, es un fanático acérrimo del básquet y, especialmente, la NBA.

Sus encuentros con Dennis Rodman no son ninguna novedad y cuando el interno norteamericano viajó al lugar para encontrarse con Kim fue agasajado como una estrella y hasta el día de hoy mantiene una gran amistad con el mandatario.

En su llegada a Corea Del Norte, Rodman fue una especie de embajador que jugó un papel diplomático importante en el encuentro de Kim con Donald Trump, expresidente de Estados Unidos.

A pesar de ser criticado por muchos medios alrededor del mundo (e incluso la propia embajada norteamericana desmintió todo tipo de relación con el jugador), Dennis continuó invirtiendo en la relación y los frutos se pudieron ver en 2019, cuando Trump accedió a reunirse con el mandatario de Corea del Norte. Se encontraron en una cumbre y se dieron la mano, dando paso a un nuevo camino en las relaciones de ambos países.

Pero Rodman no fue el único exjugador de los Bulls que podría haber estados con Kim… En 2012, cuando Barack Obama se encontraba en su primer mandato como presidente de Estados Unidos, Jong-un acababa de tomar el relevo de su padre, que había fallecido.

Estados Unidos necesitaba una forma de abordar las relaciones con él. Fue entonces cuando Marcus Noland, uno de los asesores de Obama en ese momento, sacó a colación a Kerr como posible alternativa para ayudar a Estados Unidos a poner a Jong-un de su lado.

Ningún estadounidense, ni siquiera Rodman, se había reunido con él desde que asumió el poder, y no se sabía mucho sobre su figura. Eso llevó a Noland, un economista que estudiaba a Corea del Norte y al que Obama le había pedido consejo, a sugerir una idea fuera de lo común basada en una de las pocas piezas de información concreta que tenía el país: Kim era un fanático del básquet y los Bulls.

"Tenemos que trabajar con lo que tenemos. Si este tipo es realmente tan fanático de los Bulls como escuchamos, pondremos énfasis en eso, porque no tenemos nada más para continuar", explicó The Athletic en una publicación.

Mucho antes de su reunión con Obama, Noland fue a Swarthmore University, en Pensilvania, donde se cruzó con el hermano mayor de Steve, John. Sabía que los Kerr habían crecido en Líbano, en un lugar en el que su difunto padre, Malcolm, era presidente de la Universidad Americana de Beirut y fue asesinado en manos de una trifulca en el país.

Noland sugirió enviar a Kerr, entonces locutor de TNT, a Pyongyang, la capital de Corea del Norte, para jugar al básquet con Kim. Lo acompañarían Syd Seiler y Danny Russel, dos miembros del Consejo de Seguridad Nacional de Obama que también estaban especializados en asuntos norcoreanos.

Si Kim quería hablar de negocios, Kerr podía hacerse a un lado y dejar que ellos se encargaran. Si Kim quería picar la pelota con Steve, al menos los funcionarios estadounidenses podrían conocerlo a él y a su gente. Podía resultar.

¿Qué pasó? A Obama nunca le entusiasmó la idea. Noland abandonó la Casa Blanca aquel día de 2012 y nunca más se supo del asunto. Por suerte para Kerr, nunca tuvo que ir a jugar con el supuesto superfan de los Bulls.

Curiosamente, Kerr se enteró por primera vez de la idea de Noland la semana pasada en el Madison Square Guarden, justo horas antes de que Stephen Curry batiera el récord de triples. Toda la situación fue expuesta en un libro de un antiguo corresponsal del Washington Post.

Aunque Kerr nunca habló con Obama sobre el tema, dijo que piensa hacerlo la próxima vez que se vean. Será una conversación interesante.

Y ustedes, ¿se hubieran arriesgado? 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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