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Echagüe 92 - Boca Juniors 66
Las dos durísimas derrotas que había sufrido Echagüe en el Conde puso en duda el tipo de reacción que podía llegar a tener el equipo entrerriano, por la forma en la que había perdido, por la forma en la que Boca lo aplastó y porque los paranaenses habían sido una verdadera sombra. Necesitaba cambiar su cara drásticamente en este Juego 3 de local en el Butta, y ese cambio radical se logró con muchísima autoridad para que Echagüe dé vuelta la situación y le provoque una paliza de 92-66 a Boca. La serie de permanencia todavía tiene ventaja para los capitalinos, pero ahora por 2-1.
Echagüe arrancó con una intensidad defensiva bárbara, cerrándole los caminos a Boca y no dejándolo jugar cómodo. Lo de los paranaenses comenzó reflejándose con un buen 9-2 en el arranque, algo que se tradujo con el dominio desde el costado defensivo y un Boca que tuvo problemas a la hora de elaborar sus ofensivas. El estanque de Boca fue notorio, pero Echagüe no aprovechó demasiado ese dominio y cerró el primer cuarto 19-12 arriba.
Era cuestión de tiempo que Boca pueda meterse en partido, y lo logró rápido, en la apertura del segundo cuarto y con tres bombas (2 de Delfino y 1 de Funes). Los triples cambiaron el curso del partido porque el Xeneize se puso al acecho y obligó un juego de golpe por golpe, con algunos errores de ambos lados (sobre todo de Echagüe) que ensuciaron un poco el trámite pero con Boca sacando un mejor rédito de ese pasaje. Al descanso largo, Echagüe se mantuvo en ventaja pero apenas por la mínima: 33-32.
Echagüe cambió la sintonía en el tercer cuarto. En lo que claramente fue su mejor momento de la noche, los paranaenses encontraron el punto de inflexión con un par de triples que desacomodaron a Boca. En total, durante todo el cuarto, Echagüe sumó 5 triples, y eso con el protagonismo que supieron imprimir Solano más Uranga el juego interior, permitió que los de Barsanti tomen una ventaja muy cómoda de 62-49. Boca, muy desdibujado y sin ser efectivo, se fue quedando en el camino.
A pesar de que Boca intentó aproximarse, Echagüe tuvo todo bajo control llegando a sacar veinte puntos de diferencia, pasando a dominar totalmente el partido y liquidarlo con suma tranquilidad. El último parcial prácticamente sobró, los paranaenses terminaron de dar el golpe y se lo llevaron por 92-66. Encima Boca terminó de diluir sus chances cuando sufrió la expulsión de Funes (acusó un golpe y al protestar los árbitros lo echaron).
Echagüe demostró estar vivo, reaccionó y mostró una cara totalmente distinta a la exhibida días atrás en Buenos Aires. La historia continuará el miércoles, nuevamente en el Butta y una vez más con los entrerrianos entre la espada y la pared ante un Boca que deberá recuperarse.