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Comienza el sueño de los dos argentinos que siguen con vida en la Liga de las Américas, con la disputa del segundo cuadrangular semifinal, en Ponce, Puerto Rico. Bahía Basket y San Lorenzo tienen chances concretas de avanzar dentro de un grupo parejo y abierto para los cuatro conjuntos.

En el caso de los bahienses, hay que marcar que llegan descansados y sin complicaciones: desde el 17 de febrero apenas han jugado un partido (triunfo ante Boca). Dentro de un calendario tan exigente, no hay dudas que esta situación puede ser un punto a favor para los de Ginóbili, sobre todo si tenemos en cuenta la frescura y juventud de su plantel.

A pesar de la inexperiencia que marca a buena parte de su equipo, Bahía ya ha demostrado que está más que a la altura en este tipo de compromisos: no solo ganó invicto el Grupo D (allí superó al local Leones, por ejemplo), sino que además viene de ser finalista en la Sudamericana 2016.

Como mencionamos, el formato de disputa puede ser favorable para Bahía. Mientras los otros equipos van sumando un desgaste importante producto de los tres partidos consecutivos, los bonaerenses han dado muestras de que no les pesa demasiado esa seguidilla. Y con su estilo de juego basado en el contraataque, eso resulta una ventaja innegable.

Al igual que Bahía, San Lorenzo también viene de ganar invicto su grupo (el D), aunque en su caso, como local. De todas formas, los de Lamas llegan de manera diferente a sus compatriotas, atravesando un presente con varias complicaciones desde lo físico. Esto levanta un interrogante para un equipo que de no ser por esa situación, sería el amplio favorito de la zona.

La buena noticia es que tanto Nicolás Aguirre (lumbalgia) como Marcos Mata (desgarro) están recuperados de sus lesiones y listos para jugar. La mala: ni Mathías Calfani (desgarro) ni Matías Sandes (dolor en la rodilla) podrán disputar el cuadrangular, aún cuando el uruguayo viajó con el plantel.

En lugar de Sandes se sumó el ala pivote estadounidense Billy McShepard, proveniente de la segunda división de Israel. McShepard es una incógnita para nuestro básquet y veremos cuánto puede aportar con pocos entrenamientos (se sumó directo en Ponce) y conocimiento de sus nuevos compañeros. 

El organizador del grupo, Leones, también tiene argumentos para ilusionarse. Con Carlos Arroyo a la cabeza, los boricuas presentan un plantel muy profundo, con perimetrales anotadores (Angel Vassallo y Víctor Liz) y pivotes sumamente potentes (Hakim Warrick y Eric Dawson). Como buen equipo puertorriqueño, son una cosa adelante y otra muy distinta atrás, donde por ejemplo vienen de recibir 96 puntos de Bahía y 84 de Cocodrilos durante la primera ronda.

Un punto que distingue a Leones con respecto a los otros tres equipos, es que su competencia doméstica (BSN) todavía no ha comenzado. Esto puede jugar a favor en cuanto a lo físico, pero a la vez, sus integrantes tienen mucho menor conocimiento y rodaje que sus rivales. En el pasado, esta situación le ha jugado en contra a equipos de Puerto Rico y Venezuela, cuyas ligas comienzan a contramano del resto de latinoamerica.

Hebraica es en algún punto la cenicienta de la zona, pero ya demostró que puede pelear de igual a igual con cualquiera. Los uruguayos, que volverán a presentar a Omar Cantón en sus filas, cuentan con el plantel más experimentado del torneo. Los veteranos Jaime Lloreda, Michael Hicks y Leandro García Morales cargan con el goleo, mientras que el joven Luciano Parodi pone una cuota de talento y creación desde la base.