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Mientras toda la NBA concentra su mirada en los Golden State Warriors, los Cavaliers han pasado desapercibidos como ningún otro equipo campeón de estos últimos años. Y es que claro, Cleveland cumplió su objetivo y no tuvo grandes modificaciones en el camino, sin fichajes rutilantes ni bajas demasiado significativas.

El quinteto titular será el mismo que el de la 2015/16, luego de que retuvieran hace algunos días a JR Smith, en una novela que se extendió bastante más de lo esperado. Con Irving, James y Love a la cabeza, Cleveland sigue teniendo por lejos, la mayor jerarquía de la Conferencia Este y es el máximo candidato a repetir en las finales de la competencia.

Donde sí tuvieron algunos cambios fue en la segunda unidad. Sumaron al tirador Mike Dunleavy y a un viejo conocido de Lebron, como Chris Andersen. Además, draftearon a Kay Felder, quien hoy en día se encuentra con la responsabilidad de ser el base suplente del equipo, teniendo en cuenta el actual conflicto que involucra a la franquicia y a Mo Williams.

De hecho, la banca es donde hay mayores interrogantes en cuanto al plantel. Con Shumpert y Dunleavy están cubiertos en las posiciones de 2-3, pero en el resto, aparecen algo flacos. Ya mencionamos que Felder es hoy por hoy el único armador suplente de la franquicia, mientras que la situación entre los hombres grandes no es mucho mejor: Frye rinde dentro de su rol, pero Andersen ha perdido bastante producción y no hay nadie detrás de ellos. Una lesión de uno o dos titulares, podría ser una pesadilla para los Cavs.

Otro factor a tener en cuenta, pasa por el trabajo de su entrenador, Tyronn Lue. El año pasado agarró el equipo a mitad de camino, luego de la salida de David Blatt. Más allá de que los guió a un campeonato, recién este año tuvo la chance de comandarlos durante una pretemporada e ir forjando la identidad y el estilo, desde ese entonces. Si bien no se esperan grandes cambios, veremos si el ex perimetral de los Lakers le da algún tipo de nueva impronta a la propuesta de Cleveland.

¿Podrán mantener el hambre de gloria luego del título? Como en las aspiraciones del equipo, todo pasa por James. El alero cumplió su destino y le regaló el esperado campeonato a la ciudad de Cleveland, por lo que ahora ya se ha sacado esa enorme mochila. ¿Lo llevará a relajarse o a jugar más suelto? Conociendo su espíritu competitivo, nos inclinamos más por lo segundo. Y si él lo hace, el resto lo acompañará.

La buena noticia para los Cavaliers, es que siguen perteneciendo a la endeble Conferencia Este. El año pasado no precisaron pisar el acelerador para terminar con el primer puesto de la fase regular y todo indica que esa situación puede repetirse en esta campaña. Con LeBron a la cabeza, el campeón defensor se ha vuelto experto en el manejo de las energías y en saber en qué momento preciso hace falta subir una velocidad. Aún cuando tengan una ronda inicial con altibajos, esperen verlos en su mayor esplendor una vez que arranque la postemporada.

Más allá del crecimiento de varios equipos en el Este, nadie espera menos de los Cavs que una tercera final consecutiva. Si se da la lógica y nuevamente el rival es Golden State, descubriremos sin son capaces de sobreponerse otra vez a todo tipo de favoritismos o si esta vez, el poderío de los Warriors termina siendo demasiado. Con James en el equipo, nada es imposible.

Puntos altos. Tienen al jugador más determinante de la NBA. Excelentes tiradores. Se han sacado la presión de encima. Irving le ha quitado responsabilidad a LeBron en los cierres.

Puntos bajos. Poca profunidad de bases y pivotes. Regulan energía e intensidad durante la fase regular.