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Desde su etapa universitaria deslumbro en la Northeastern, mítico equipo de la universidad de Boston, pero nadie se imaginaba su trágico desenlace. Reggie Lewis nació el l 21 de noviembre de 1965 en Baltimore, Maryland. En su familia tuvo antecedentes con problemas cardíacos, ya que a uno de sus hermanos le detectaron un problema en el corazón y fue operado a corazón abierto.

Lewis fue elegido en el puesto 22 del Draft de 1987. Pudo compartir equipo con las leyendas de los Celtics como Larry Bird, Danny Ainge, Robert Parish y Jim Paxon, pero nunca pudo conseguir un anillo. Era llamado a ser el sucesor de Larry en la capitanía, pero para toda la franquicia de Massachusetts, fueron años bastante complicados sin lograr los resultados esperados.

Lewis aprovechó las lesiones de Larry Bird para hacerse un lugar importante en el quipo. Llegó a disputar el All Star Game gracias a un buen promedio de más de 20 puntos por partido. Siempre fue un faro en las ofensivas de los Celtics y con el correr de las temporadas fue aumentando su protagonismo. Sus dos mejores temporadas, paradójicamente fueron las últimas, ya que promedió un total de 20.8 por juego.

En los playoffs de 1993 Lewis tuvo el primer indicio de que algo no andaba bien en su cuerpo. En un partido de playoffs ante Charlotte cayó desvanecido en pleno partido y estuvo durante varios segundos sin dar respuesta alguna. Increíblemente volvió a disputar ese encuentro, pero fue reemplazado para resguardar su salud.

Allí le detectaron una cardiopatía focal. Pero Reggie quería seguir jugando, entonces se dirigió a otro hospital. El médico Gilbert Mudge del Brigham and Women's Hospital lo diagnosticó con un problema mucho más leve y volvió a los entrenamientos para la temporada 1993/94 de la NBA.

De no ocurrir estos inconvenientes en su corazón, estaba destinado a ser un gran jugador de la NBA. Es el único que ostenta el récord de taparle el balón cuatro veces a Michael Jordan en un mismo partido. Ocurrió el 31 de marzo de 1991, en el triunfo de los Celtics 135-132, allí Lewis anotó 25 puntos y no salió ni un segundo del campo de juego.

Pasado el primer semestre de 1993 ocurrió la tragedia. El 27 de julio, Lewis estaba perfeccionando su lanzamiento en Universidad de Brandeis y volvió a sufrir un infarto en plena práctica deportiva. Allí no volvió a reanimarse y se produjo el fallecimiento en el acto del jugador. Algunos medios estadounidenses dijeron que Lewis consumía cocaína, y relacionaron su fallecimiento con el consumo. Pero nada de esto fue comprobado.

Finalmente, los Boston Celtics retiraron su camiseta número 35 en su honor y fue uno de los primeros jugadores en ser homenajeados sin conseguir un anillo. Durante esos años, los Celtics estuvieron en una larga sequía sin títulos, hasta la llegada al equipo de Paul Pierce en 1998, donde diez años más tarde lograrían su último campeonato.