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Era la segunda participación en playoffs de Chicago Bulls desde que Michael Jordan fue escogido en el Draft proveniente de North Carolina. En la primera les tocó enfrentar en primera ronda a los Milwaukee Bucks y cayeron por un categórico 3 a 1.

La temporada 1985/86 no empezaba de la mejor manera para Michael Jordan, ya que se perdió 64 partidos durante el año tras sufrir al comienzo de la temporada una fractura en el pie. Primero no se esperaba que Jordan volviese a jugar hasta una temporada después para que su recuperación fuese perfecta y no correr riesgos, pero el jugador insistió en hacer su reaparición y el 15 de marzo disputó su primer encuentro y jugó solo 13 minutos debido a la restricción inicial que le impusieron los médicos.

La campaña de Chicago Bulls tampoco fue buena, tuvieron un pésimo récord de 30 victorias y 52 derrotas y se vieron obligados a cruzarse en la primera ronda de los playoffs ante nada más y nada menos que Boston Celtics, que venían caer en la final de la temporada anterior ante Los Angeles Lakers.

Pese a su poca participación producto de las lesiones, el aporte de Jordan en esa serie de playoffs fue digno de exhibición y será recordado por siempre por todos los fanáticos de la NBA. Michael anotó 49 puntos en 43 minutos, con 18/36 en tiros de campo. Su defensor fue Dennis Johnson, dijo en el vestuario que: “Michael no volvería a tener un partido así nunca más”. El tiempo le demostró que estaba totalmente equivocado.

Un 20 de abril de 1986 se disputó en el Boston Garden el segundo juego de la serie entre Celtics y Bulls, y fue un verdadero partidazo que se quedaron los locales por 135-131 en doble tiempo suplementario. Allí se vio el verdadero show de Jordan. Finalizó el partido con 63 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias, 3 robos y 4 tapas en 53 minutos en cancha. Tuvo una efectividad de 24/41 en tiros de campo, además de encestar el tiro para enviar el juego a tiempo extra.

Esa marca todavía no fue superada y es el récord absoluto de anotación para un jugador en toda la historia de los playoffs de la NBA. Las declaraciones de los jugadores rivales lo avalan, ya que Larry Bird al finalizar el partido dijo: “he visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto”.

Pese a la derrota por 3 a 0, en el tercer juego de la serie Jordan ya estaba un poco agotado. Pese a eso, estuvo muy cerca del triple doble, ya que anotó 10 puntos, capturó 10 rebotes y repartió 9 asistencias. Finalizó la llave con un excelente promedio de 43,7 y a partir de allí se lo empezó a tomar aún más en serio en la NBA, y tiempo después se convertiría en la leyenda basquetbolística que es hoy en día.