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Las primeras grandes similitudes que llamaron la atención a los espectadores fueron los diferentes movimientos parecidos que realizaron los dos en diferentes oportunidades. Habilidad y agresividad a la hora de atacar el aro, capacidad de escurrirse en espacios reducidos y una gran potencia de salto. Sobre esto, el mismo Iverson declaró: “como se desliza en la cancha, la seguridad que se tiene a sí mismo, y el gran salto que tiene me hace recordar mis grandes momentos”.

Otra relación que aparece de manera automática es el hecho de que Allen jugó en Memphis Grizzlies en el año 2009. Morant es el referente de la franquicia desde hace años. También desde lo estético pueden llegar a aparecer similitudes. Los tatuajes y las trenzas reflejan una rápida conexión entre ambos jugadores.

Como hubo lugar para lo bueno también lo hay para lo malo. Ambos jugadores tuvieron problemas con tenencias de armas, también tienen demandas a raíz de agresiones a diferentes personas. Los dos tuvieron grandes sanciones y en el caso de Iverson todos sus problemas lo acercaron al retiro. Si bien dejó el básquet en el 2013 mucho antes ya había dejado la NBA.

Es cierto que son jugadores similares. Ja Morant tiene todo para ser un jugador disruptivo en la NBA. El talento para dominarla lo tiene, su vida personal ya le jugó una mala pasada y ahora queda ver si esta buena y sana versión que le mostró al mundo en sus primeros partidos luego de la sanción puede perdurar en el tiempo para solo parecerse a The Answer por sus cosas buenas.