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Sin LeBron James en la cancha, los Los Angeles Lakers experimentan un contraste impactante en su rendimiento. Su influencia es evidente en las estadísticas, ya que los Lakers operan a un nivel élite cuando él juega, pero se hunden en la mediocridad cuando no está presente.

Las cifras son asombrosas: con LeBron en la cancha, los Lakers tienen un rating ofensivo de 116.7, pero cae a apenas 91.2 sin él. Defensivamente, los oponentes anotan 107.0 puntos por cada 100 posesiones con LeBron, pero una abrumadora cifra de 127.8 sin él, resultando en una diferencia asombrosa de +46.2.

Con promedios de carrera que ya lo sitúan entre los mejores jugadores en la historia del juego, LeBron continúa desafiando las expectativas y generando un impacto colosal en su equipo. Las estadísticas no mienten, cuando LeBron está en la cancha, los Lakers prosperan, pero cuando no está, los oponentes aprovechan de maneras que hacen que los números sean casi increíbles.

Las estadísticas de LeBron en esta temporada son impresionantes por derecho propio. Con un promedio de 35.9 minutos por juego, anota 25.3 puntos, captura 8.4 rebotes y reparte 5.9 asistencias por encuentro. Su eficiencia es evidente, con un destacado 56.5% de aciertos desde el campo, a pesar de que su porcentaje de triples ronda el 32.5%. Aunque estas cifras por sí solas convertirían a la mayoría de los jugadores en el foco principal de cualquier equipo, es la influencia que tiene en los Lakers lo que revela su verdadero valor.

El conjunto angelino se encuentra tambaleando en el décimo puesto de la Conferencia Oeste de momento, luchando por mantenerse arriba del .500 de victorias e intentando tomar los lugares altos en la clasificación a la postemporada. Sin mucha ayuda extra en el costado defensivo aparte de Anthony Davis, y un equipo que ofensivamente aún no empezó a carburar motores, se necesita que LeBron siga exprimiendo toda su clase de superestrella.