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Hay una premisa en Estados Unidos que creemos que está mal analizada. "La NBA es así". Se usa para distintas situaciones, deportivas y no deportivas. Y la frase, para muchos, implica que no solo hay que aceptarlo, sino que no se puede decir nada. Y no lo compartimos. Sí, claro, aceptamos que en la NBA hay cosas que son de una manera, pero no que no se pueda decir nada. 

Obviamente, en este caso hablamos del tema Campazzo. Pero podríamos ir años atrás y hablar de Chapu Nocioni. El resto no tuvo tantas malas experiencias, porque si bien muchos cambiaron de equipo, en general fueron bien tratados. Incluso Oberto, tan querido en San Antonio, cuando se fue, o Scola, ya veterano, en Brooklyn. 

Lo que pasa con Campazzo duele. Alguno, que no entiende mucho de sentimientos, nos dirá "Denver le paga un sueldo y si lo quiere poner 10 segundos, puede hacerlo". Claro que puede hacerlo, pero de ahí a que no se pueda decir que nos parece un destrato es otra historia.

¿Cuál es el sentido de poner a Facu 1m30s dos veces en 4 partidos (los otros dos no entró)? ¿Hacerlo sentir parte del equipo? ¿Creer que a un tipo con su carrera le hace bien entrar con los novatos para jugar 90 segundos en lo que nada sirve? ¿Premiarlo con entrar al campo? ¿Creer que eso es mejor que no jugar? Cualquiera de las opciones suena absurda. Pero bueno, son estadounidenses y sabemos que muchas veces ven las cosas muy de otra manera. 

De todos modos, lo que más afecta de este lado del mundo, tan alejado de todo, es ver cómo de a poco, Facundo fue casi olvidado. Acostumbrados a los "¡Uno, dos, tres!" del relator Chris Marlowe, hoy ni se lo nombra en las transmisiones y los ojos pasaron a Bones Hyland, el novato que la mete de 3 puntos, la principal falencia de Campazzo, y que se ganó a los hinchas. 

El propio Marlowe, que suele contestar en su cuenta de Twitter a los argentinos, publicó: "Facu es un tremendo jugador, uno de mis favoritos de todos los tiempos. Realmente creo que vendrán oportunidades para él en el futuro". Muy educado, de alguna manera reconoce que esas oportunidades no serán en Denver, donde parece ser parte del pasado. 

Julio Grondona tenía un anillo que decía Todo pasa, y no debe haber frase más realista en la humanidad. Lo malo pasa, como lo bueno pasa. El tema es cómo transitar ese período en el que se va de un estadío a otro distinto. 

La NBA es así, y sí, es así: desangelada, fría, insensible. ¿Quién no recuerda cuando los Bulls frenaron a Chapu Nocioni, que se estaba subiendo al bus para ir a jugar a Milwaukee, para decirle que no iba, que lo habían canjeado a Sacramento? El mismo Chapu al que el público del estadio de Chicago había ovacionado en su primera temporada. No hay emociones, hay dinero. Hoy servís, mañana no. El problema son las formas. Los latinos no estamos acostumbrados al olvido instantáneo. Pero ese es nuestro problema.