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Hace unos días se conoció la lamentable muerte de Dikembe Mutombo, uno de los jugadores más queridos de la NBA. El africano falleció producto de un cáncer cerebral a los 58 años. El interno fue considerado uno de los mejores defensores que tuvo la liga estadounidense, incluso ganó en 4 ocasiones el premio al Defensor del Año, además de ser miembro del Hall of Fame.

Una de las principales virtudes era su capacidad para tapar los lanzamientos de sus rivales. Esto lo convirtió en el segundo máximo taponador de la historia, detrás de Hakeem Olajuwon. En su palmares personal también figuran ocho presencias en el All Star y ocho en el Mejor Quinteto Defensivo. Fue un luchador constante por los derechos de los negros y eso generó cambios en la NBA.

Pero lo más llamativo y uno de los cambios que trajo a la NBA Mutombo fue el festejo de sus tapas porque al principio y durante varios años, a Dikembe le costó una buena suma de dinero. Luego de cada una de su innumerable cantidad de bloqueos, el interno tenía una famosa celebración con su dedo índice moviéndose y expresando al rival que por ahí, no iba a pasar.

Esas jugadas defensivas levantaban al público, lo enloquecían porque sabían que después de cada bloqueo del pivote, venia el gestito del dedo, aquello que sonaba arrogante, desafiante e intimidante a la vez, pero que a Dikembe le costaba unos 5000 dólares cada vez, respecto a las multas que recibía.

Tal es así que David Stern quiso persuadir a Mutombo de que dejará de hacerlo, pero su intento fue en vano según contó el ex Sixers: “Recuerdo que el tío David, nuestro difunto comisionado, solía llamarme todo el tiempo y me decía ‘Ey Deke ¿Qué está pasando? ¿Puedes parar?’ y le dije ‘no puedo, es algo natural’”.

Aquella situación ya resultaba un paso de comedia, Mutombo bloqueaba el balón, lo festejaba, la banca oponente pedía técnica, el público vitoreaba más el festejo que la acción defensiva y así todos los partidos. Luego el congoleño debía acudir a su cuenta bancaría y desembolsar otros cinco mil.

Hasta que un día la NBA, casi 15 años después entendió que debía permitírselo a Mutombo hacer eso, pero le puso una condición que lo haga de cara al público y sin mirar a los jugadores a los que bloqueaba. “Llegó al punto en que había tantos entrenadores quejándose y él me dijo: ‘¿Sabes qué? Puedes hacerlo, ya no te vamos a multar. Solo asegúrate de mirar a los fanáticos cuando lo hagas. Le tomó a la NBA 15 años de que cambiaran de opinión al respecto”, recordó el nacido en Congo.