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Los Golden State Warriors sorprendieron al mundo de la NBA a principios de este verano cuando adquirieron a Chris Paul en un traspaso con los Washington Wizards.

Chris Paul ya ha repartido 62 asistencias y se ha adaptado perfectamente a su nuevo papel en la segunda unidad de Golden State. Sin embargo, lo más alentador es la asociación instantánea que ha establecido con Steph Curry. Ambos escoltas se han pasado la carrera liderando un ataque, y había ciertas dudas sobre su capacidad para jugar juntos. Pero esas preocupaciones ya no persisten.

Las acciones entre los dos veteranos ya se han convertido en algo natural y están dando problemas a las defensas rivales que intentan frenar la fluida ofensiva de los Warriors. En los ocho primeros partidos de Golden State, las alineaciones con el veterano dúo de bases tienen un +6, con una media de 117.3 puntos por cada 100 posesiones, según Cleaning The Glass.

Con un rendimiento tan fuerte para empezar la temporada, Curry y Paul se encontrarán soportando una importante carga de trabajo de cara al futuro. Sin embargo, para eso practicaron durante la temporada baja y están listos para lo que viene.

Chris Paul seguirá siendo un miembro valioso de la rotación de Golden State. Si su mala racha ofensiva ha terminado, ese valor no hará sino aumentar a medida que avance la temporada. La presencia de Paul ha consolidado a los Warriors como aspirantes al campeonato, y su asociación con Curry preocupará a los equipos cuando tengan que intentar frenar a una rotación de perimetrales de élite.