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Anthony Edwards es sin dudas el líder de unos Timberwolves que han encontrado los roles justos y la química necesaria para ser de los grandes protagonistas del Oeste. Tanto es así que de su mano lideran y están dando la sorpresa hasta ahora, con el alero secundado por Karl Anthony Towns y por Rudy Gobert.

Sin embargo, toda historia tiene su punto de inflexión, y la de Anthony fue en su infancia. La noche del Draft 2020 de la NBA será recordada por el alero como una de las más especiales de su vida, cuando fuera elegido en el primer lugar por Minnesota. Pero también llamaron la atención los dos cuadros a sus costados en la transmisión de video, dado que la elección se hizo de manera virtual por la pandemia.

Ambos cuadros representaban a su madre Yvette y su abuela Shirley, dos de sus pilares fundamentales para llegar a donde llegó. Y ellas lo marcaron dado que fallecieron por cáncer cuando Anthony tenía 14 años y se le fueron en un lapso de solo ocho meses.

“Perder a mi madre fue realmente difícil, solía dormir mucho con ella. Y mi abuela… ella era nuestra columna vertebral, hizo todo por nosotros. Cuando no teníamos dinero para la luz y pagar las facturas, ella venía. Trabajaba en una oficina de correos, así que siempre tenía dinero” expresó Edwards en una entrevista con The Undefeated.

Sin embargo, Anthony encontró refugio en el básquet: “Mi hermano y yo nos dijimos que no íbamos a dejar de jugar al básquet por eso, porque sabemos que, si todavía estuvieran aquí, querrían que siguiéramos jugando. Canalicé toda mi energía hacia el baloncesto. Dejé de preocuparme por todo lo demás”.

A partir de allí, entrenó y trabajó con la mente puesta solo en cumplir sus sueños en el básquet. Desde Holy Spirit Preparatory tomó notoriedad a nivel nacional y llegó a promediar 29 puntos y 9 rebotes por juego en su año senior.

Con ofertas de gigantes como North Carolina, Kansas o Kentucky, Edwards se decidió por la Universidad de Georgia. Allí llegó hasta una máxima de 37 puntos y terminó con medias de 19.1 unidades y 5.2 recobres, siendo elegido entre los mejores escoltas de la NCAA.

Todo su esfuerzo se vio recompensado al ser elegido por Minnesota en el primer lugar del Draft 2020, en una noche que nunca olvidará y que marcó su vida junto a sus dos pilares, que ya no están pero que lo acompañan siempre.