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Con un 2024 intenso a nivel selecciones formativas, con U15, U17 y U18 con actividad oficial, el trabajo no para para Argentina. Y en ese sentido Mariano Marcos es la cabeza de la organización en esta área, pero también es un especialista con 30 años en formación de jugadores y jugadoras.

- Ya hicieron varios campus del Plan de Desarrollo Federal este año, ¿con qué se están encontrando en los campus?

. Nos ayuda un montón para estar en contacto con entrenadores y entrenadoras del interior, y tirar el mensaje de lo que creemos que puede mejorar a nuestros niños y niñas. Ese mensaje de hacer énfasis en trabajar la técnica individual, en el juego por conceptos, en la comprensión del juego, en estimular a la mayor cantidad de horas extra, el lanzamiento externo como una premisa de juego ya no a futuro sino a presente, y a encontrar a niños y niñas en edades más tempranas. También poder tener algunos datos que sacamos entre nosotros y los preparadores físicos. El próximo paso sería poder hacer un seguimiento un poco más preciso, que no es fácil. Cualquiera te diría que hay que hacerlo, pero cómo es ese seguimiento, porque si no lo vemos por cuatro años y no tiene partidos filmados, el seguimiento no pasa más que por teléfono. Estamos en una construcción de un tipo de seguimiento más real, concreto y verdadero, que pueda ir en conjunto con algunos de los planes que teníamos y no sabemos si seguirán corriendo desde el gobierno desde lo deportivo, o trabajar en conjunto con asociaciones y federaciones, porque al final estamos todos en la misma.

-¿Qué están viendo desde lo bueno y lo malo en la formación, físicos, técnica individual?

. Nos encontramos de todo un poco. Como todo en nuestro país, hay lugares que trabajan excelente, otros un poco peor, a veces por estructura, no por otra cosa. Te encontrás con todo, nosotros tratamos de dejar un mensaje, no solo a los entrenadores y entrenadoras, sino a los directivos de los clubes que están de turno ahí de lo que creemos que se puede hacer para mejorar. Lo que nosotros hacemos no es palabra santa, pero es lo que nosotros creemos en base a nuestra experiencia. Yo llevo 30 años en básquet formativo, nunca dejé de trabajar en básquet formativo, pero eso tampoco quiere decir que me las sepa todas. A veces llegando y compartiendo nuestras ideas podemos ayudar a que las cosas se hagan un poco mejor.

-¿A nivel selecciones formativas, qué conclusiones sacaron?

. Son más que positivas. En los últimos tres o cuatro años clasificamos en todas las categorías de las dos ramas, que no es algo que se dio siempre. Y para mi si importa el resultado, no es lo mismo quedar afuera en un Sudamericano que clasificar. No creo en eso de que si formo no puedo ganar, no se quién dijo eso, España y Francia forman un montón de jugadores y ganan también. Eso me parece más una excusa que otra cosa. Lo que nosotros pensamos es no ganar a cualquier precio, que por ahí uno recibe críticas por no llevar a los 12 mejores, sino con 12 proyectos, pero vamos a intentar ganar. Y en eso quiero decir que antes hubo muchos jugadores que con 1.96 o 1.97 fueron a jugar de pivotes a un Mundial, y eso es una locura, porque no hay eso en el mundo. Entonces si tenemos un 2.10 que por ahí está verde físicamente, atléticamente, o lo que sea, lo llevamos igual porque creemos que en algún momento lo puede hacer. Sobre todo no solo en el resultado, sino que hay un montón de chicos y chicas en los últimos años que tuvimos y ya están jugando en la mayor. Competimos y orientamos jugadores, porque no creo que las selecciones formativas o la mayor de Argentina sean formadoras de jugadores, los formadores son los clubes, los entrenadores de mini, U13 o U15.

- El año pasado cerca de un 40% de los jugadores de las selecciones formativas se encontraban jugando en el exterior. ¿Cómo se trabaja eso que crece cada vez más y es algo que en edades tempranas no pasaba?

. Está lleno afuera de chicos, y por una cuestión lógica y económica de nuestro país se nos hace difícil observar a los más de 20 pibes 2006 que hay en el exterior. Entonces tenemos que confiar en nuestro ojo y los veedores que tenemos, en las personas que tienen la posibilidad de verlos. Nos ayudamos con medio mundo, un montón de personas. Por más que a veces nos manden los videos, no es lo mismo porque no sabemos la realidad total. Lo que sería lo mejor sería viajar tres o cuatro veces al año, hacer campus con los chicos y chicas que están en Europa y observarlos. Pero no podemos pedir eso en Argentina, hay un montón de problemas más graves. Tratamos de asegurar con aquellos prospects que están en buenos lugares, que estamos seguros y después tenemos chicos de Argentina, que porque estén acá no quiere decir que sean peores que los que están afuera. Acá eligieron quedarse y por ahí son mejores que los que están allá. Hay chicos que ni siquiera todavía optaron por ir a clubes de Liga y están mejor que un montón que están en clubes importantes. No creemos en eso.

-¿En qué se nota la mayor diferencia?

. En el físico. Cuando hablamos que acá tenemos chicos que formamos con 11,12, 13 o 14 años y vienen con un bagaje técnico fantástico gracias a nuestros enormes formadores en el país, tenemos cero físicamente. En el 95% de los casos, cuando hacemos una concentración U15 masculina o femenina, la mayoría no sabe lo que es una pesa, un gimnasio, ejercicios coordinativos, de prevención de lesiones. Los profes de esas categorías tienen que hacer un trabajo de base impresionante. Y no es porque los clubes no quieran, sino porque en muchos casos no pueden. La realidad socioeconómica del país afecta al rendimiento deportivo. Yo no puedo creer todavía cómo seguimos consiguiendo cosas importantes como el quinto puesto del Mundial U19, el campeonato del Sudamericano U17, la medalla de bronce de las chicas del U16. Lo entiendo en realidad porque el argentino y argentina tiene ese no se qué que le hacemos frente a lo que sea, que tienen un corazón enorme y gracias a eso seguimos empujando.

-¿Con qué expectativas comenzaron este 2024? Tuvieron que bajarse del torneo Albert Shchweitzer U18, el contexto económico no ayuda para nada.

. Empezamos mejor de lo que esperábamos. Cuando el año pasado se empezó a hablar de los problemas que tendría el deporte, pensamos que no íbamos a poder concentrar más, y en ese sentido aplaudo a la Confederación que sigue permitiendo que sigamos entrenando, que hagamos los campus. Esta semana comenzamos el segundo campus de las chicas de U15 y la competencia la tienen en noviembre, y si vas a hablar con los demás países de la región, no hicieron aún los dos campus de U15. Acá los podemos hacer y en ese sentido no nos niegan nada y nos permiten. Empieza abril y ya estuvimos 60 días concentrados en total. Es mucha plata traer a pibes y pibas del país y todos los gastos encima que lleva eso. En Latinoamérica somos europeos, la estructura formativa de la CAB es buena, somos una organización top. Gracias a todo eso seguimos consiguiendo resultados positivos.

-¿Qué es lo mejor que Argentina está formando a nivel técnico?

. Hoy en día con los skills coach, los chicos vienen mejor técnicamente, sobre todo en el manejo de balón. Pero el pase es un problema, los chicos y las chicas no saben pasar la pelota, la tienen atada pero cuando les ponés una defensa adelante se les nubla el mundo, entonces es un poco la toma de decisiones y el tiro. Por una cuestión de espacio, después de la pandemia los clubes aumentaron su cantidad de niños y niñas jugando al básquet, lo cual está buenísimo, pero a su vez no permite que puedan tirar al aro la cantidad de tiempo necesaria, los clubes están todo el día llenos. Antes por ahí te juntabas a jugar y hoy en día es más difícil porque está siempre ocupado. Por eso también aparecen muchos chicos de lugares muy pequeños que tienen esa oportunidad de ir al club y tienen todavía eso de juntarse a jugar. En los lugares más grande eso por ahí no se puede por varias razones. En definitiva, lo positivo que veo es la técnica individual en general, y lo negativo el pase y el tiro, además de la comprensión del juego.

- Se habla mucho de la resolución en el uno contra uno, que se habla mucho de eso en las formativas, que se tiene que usar el pick and roll para generar ventajas, ¿cómo lo evalúan ustedes?

. Ahí tenemos dos temas. Los excesos son malos, hubo momentos en los cuales el uno contra uno consistía en un jugador que jugaba uno contra uno y tiraba al aro como sea y los otros cuatro miraban. Entonces se generó eso y no la lectura del rompimiento y descarga, el juego sin balón de los demás jugadores, entonces ahí entra la comprensión de juego. También eso generó que ese uno contra uno lo haga uno que normalmente era un chiquitito que jugaba bien y sin proyección, y el chico alto de 1.90 en U13 estaba parado a ver si agarraba un rebote ofensivo y no tocaba nunca una pelota. En cuanto al pick and roll, soy un convencido de no hablar de edades, pero creo que hasta U15 no es positivo hacerlo. No es negativo hacer el pick porque vas a la Euroliga y la mitad de sus ofensivas terminan con un pick central. Tenemos que trabajar eso, pero trabajarlo con un pivote que tenga caída y sea grande, no con un chico de 16 años que mide 1.84 y lo ponés a cortinar y caer todo el día, le acabás la carrera. No se igual si somos malos en el uno contra uno.

-¿Cuánto de la idea de juego de la mayor están aplicando para las formativas, en esto que se habla siempre de achicar la brecha de llegar al equipo superior?

. La idea tiene tres partes. Una parte es que jugamos acciones que pretende jugar la selección mayor porque entendemos que es un básquet moderno al que hay que apuntar, de jugar más posesiones, acelerar el ritmo, tomar el tiro pronto si es bueno, y entrar desde cinco abiertos para jugar 4 y 1. Nos gusta eso porque creemos que nuestra orientación a los jugadores es más al básquet europeo que al NBA, y apuntamos a eso. Esa parte es de nuestro básquet formativo. La tercera parte es la del entrenador en curso, que impone su estilo también. Apuntamos a jugadores polifuncionales en el 3-4-5 que puedan hacer todo, que puedan tirar, que puedan postearse, que puedan jugar uno contra uno de frente y espalda, y dos guardias más generadores, que jueguen más como ball handler. También, como la mayor, apostamos al ritmo alto, creemos en una defensa extendida y a acrecentar la talla, aunque no a cualquier precio. No creo que si el base mide 1.80 no puede jugar al básquet, si es bueno puede hacerlo, lo mismo el escolta, hay que tener equilibrio y ser criterioso.

-¿Cómo trabajan a los internos en este sentido y la idea de juego?

. Por momentos empezamos a tener a los chicos altos que solo iban a la esquina a tirar de tres puntos. Empezamos a hablar de que el chico alto solo jugaba de espalda o de caídas, y dejamos de mandarlo al rebote ofensivo. Ahora tenemos internos que agarran menos rebotes que los bases, porque me parece que no tuvimos equilibrio. Jugamos con el 3-4-5 tratando de que sean polifuncionales, tratando de que puedan hacer todo, que puedan caer, popear, jugar de frente o de espaldas. Con la idea de juego de la mayor sobre todo, necesitamos que el pivote tenga ese juego de caída que tiene Fran Cáffaro. Iván Prato es un ejemplo de polifuncionalidad, puede tirar, caer, jugar de espaldas, ir al rebote, y está buenísimo. El futuro lo ubicará en un lugar, a esas edades no hay que encasillarlos en un puesto y hay que tratar que hagan todo y en el momento que haga falta.

-¿Cómo están evaluando el desarrollo del básquet femenino?

. Hay un montón de lugares que se abrieron a tener chicas en los clubes. Hay federaciones que están haciendo un laburo fantástico y tienen a casi todos los clubes con ambas ramas, pero hay otros que todavía no, que están peor que antes. No todos le ponen la pila necesaria, pero estoy convencido que hay más chicas jugando al básquet. Cuando vinieron las chicas del U15 los primeros días eran orientados a técnica individual plenamente, y lo hacían muy bien. En 2021 cuando empecé a trabajar técnica individual con las chicas de todas las camadas estaba medio complicado con el trabajo de pies, y ahora vinieron bárbaro, dominan los dos perfiles, manejan los trabajos de pie. Seguramente ha crecido el nivel de entrenadores y entrenadoras y con ello las chicas, y seguramente también son chicas que comenzaron a jugar en edades más tempranas, que ahora empiezan en escuelita, premini o mini. Lo que si tenemos un problema gravísimo es con la talla. En otros deportes se llevan a las nenas altas por un par de cuestiones, primero porque elijan otro deporte, y segundo porque no las cuidamos. Este problema de los chicos de 2.06 o 2.08 que no están preparados y muchos los mandan al banco y no los hacen jugar, en el femenino es peor, la piba alta a los 15 o 16 les cuesta un montón y no les tenemos paciencia, abandonan y se van a jugar al vóley.

-¿Con qué te irías satisfecho cuando termine el 2024?

. Primero con que la mayor siga sumando chicos y chicas a sus equipos. También clasificando a los mundiales en el puesto que sea (U18) para poder seguir trabajando con el desarrollo de esas dos camadas que para mi son muy prometedoras. Tienen muchísimos prospectos, son de las mejores en cuanto a proyección. En los Mundiales U17 yo tengo clarísimo que para nosotros son muy difíciles por el tema del físico. A U19 llegan mejor para competir que a los 17, se hace muy difícil. Desde la camada de Deck y Vildoza nunca estuvimos entre los diez mejores, sabemos que es duro. Con las chicas es más duro todavía, clasificar al mundial es fundamental y antes no se clasificaba tan seguido, ahora es el cuarto consecutivo que vamos a jugar. Es una camada de chicas que ha laburado excelente y tiene una actitud diferente, por ahí pueden sorprendernos. En el Sudamericano U15 esperamos hacer podio y clasificar a los FIBA Américas.

Alejandro Malky / [email protected]
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