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El altruismo y lo colectivo han sido dos constantes en la Generación Dorada desde siempre. En este sentido, hasta el cuerpo técnico se unió para dar lo mejor de sí, y un caso fue la relación entre Julio Lamas y Sergio Hernández, siendo uno asistente del otro, primero en Beijing 2008 y luego en Londres 2012.

En China, Lamas fue de segundo de Oveja y al principio lo sufrió porque no se encontraba cómodo, aunque luego logró adaptarse. En el podcast Mente Fría, el ahora asistente de Abel Balbo en Central Córdoba contó: “Los egos están, pero se ponen en un límite razonable para hacer algo, poniendo al equipo por encima de los intereses individuales. Es más posible hacerlo en la Selección Nacional que en un club, porque en un periodo de tiempo corto es más posible”.

A su vez, contó que lo toman como ejemplo al equipo de Estados Unidos, que suele armar sus cuerpos técnicos con lo mejor de la NBA en ese apartado. “Siempre miramos la NBA para aprender”.

En este sentido, contó cómo vivió los primeros días de la concentración rumbo a Beijing: “Después de siete u ocho días, vamos al primer partido, en Rosario, Argentina contra Uruguay. El Oveja pide el primer minuto y yo estaba ahí viendo dónde me ponía, no estaba cómodo. Y de atrás yo escucho a Ginóbili, que estaba de civil, decirme ‘cuesta ceder el liderazgo, ¿no?’ y le hago como que si, pero me fui al hotel preocupado porque se me notaba todo, no lo estaba haciendo bien”.

A partir de ahí fue un periodo de autocrítica y trabajo para Julio, que logró serle útil al cuerpo técnico finalmente. “Me puse a pensar qué era lo que yo le pedía a mi segundo entrenador. Ahí ajusté todo y al otro día ya estaba mentalizado y comprometido a hacer lo que me habían propuesto como segundo entrenador. Así las cosas fluyeron de otra manera, me sentí más cómodo. Fue una experiencia muy satisfactoria por haberlo llevado adelante y cumplido”.