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Ri Myung-Hun nació en 1967 en Corea del Norte y fue conocido por ser uno de los basquetbolistas más altos de la historia, con 2.35 m de estatura. Pudo haber sido jugador de la NBA a fines de los '90 pero los problemas diplomáticos entre Estados Unidos y Corea del Norte frustraron su llegada a la mejor liga del mundo.

El gigante asiático fue descubierto por Tony Ronzone, reclutador de Dallas Mavericks, durante una clínica de básquet en Pyongyang, en 1998. Ronzone se negaba a viajar a Corea del Norte por la situación política que vivía el país, pero le habían hablado de un jugador con una altura y habilidades descomunales, por lo que decidió ir a verlo.

A pesar de haber empezado tarde a jugar al básquet, Ry tenía excelentes condiciones y se presagiaba que tendría un gran futuro en el deporte. Nunca había tocado una pelota de básquet hasta que vio jugar a Michael Jordan y ahí todo cambió. Su fanatismo fue tal que se hizo llamar Michael Ry. La historia cuenta que Ronzone tuvo que hacer innumerables gestiones para que dejen salir del país con Ry y lo logró antes del final de 1998.

El pivote llegó a Canadá con 32 años y comenzó a entrenar. Su gran altura y sus capacidades comenzaron a llamar la atención en algunas franquicias que se interesaban en contratarlo. Sin embargo, en Estados Unidos existe una ley (de 1917), aún vigente, llamada Acto de Comerciar con el Enemigo. Hay una lista de países "prohibidos" con los cuáles el gobierno no permite a las empresas estadounidenses hacer negocios. Uno de ellos es, por supuesto, Corea del Norte.

Luego de intensos pedidos, el Departamento de Estado le otorgó un permiso para jugar en la NBA en el 2000 pero le prohibía mandar dinero a su país. Por ese motivo, el líder norcoreano Kim Jong-Il se negó a autorizar a Ry a jugar en Estados Unidos. Sin embargo, días después decidió dar marcha atrás y aceptar el contrato del jugador pero con una condición, que le paguen en trigo, algo que nunca pasó. Ry nunca más tuvo una chance de jugar en la NBA, aunque tiempos después contaría que tuvo una buena vida en su país natal.