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El Madrid luchó por volver a llevarse a Facu Campazzo ante su salida de la NBA. Pero la irrupción del Estrella Roja en la escena los dejó sin la pieza clave que los podía catapultar como máximos candidatos en la Euroliga.

Es que armaron un grandísimo plantel, donde la posición del base es la que más problemas le está trayendo a Chus Mateo, y con el argentino los hubiera podido solucionar casi todos.

El trío elegido para esta temporada, a la espera de lo que era la posible contratación del argentino, fue Sergio Llull, Nigel Williams-Goss y Sergio Rodríguez, teniendo en cuenta también que está lesionado aún Carlos Alocen.

Un Llull que es el que más juega, con 19.56 minutos de promedio en Euroliga, pero que está ofreciendo un rendimiento irregular, al igual que un Chacho que no logra encontrar su rol aún en esta segunda etapa en el club.

Además, el rendimiento de Williams-Goss en estas dos temporadas no ha sido el esperado. Había llegado para tomar el lugar del argentino cuando partió a la NBA, pero nunca mostró las credenciales que lo llevaron allí, y encima tuvo varias lesiones que lo sacaron de ritmo.

Ante las varias ausencias de ellos, tanto Pablo Laso en el pasado, como Chus Mateo en esta, tuvieron que improvisar bases. Y los elegidos fueron Adam Hanga y Alberto Abalde, quienes cumplieron, pero no lograron ni siquiera un poco tapar el hueco enorme dejado por Campazzo.

Como decíamos en los últimos días, el problema mayor para el Madrid de igualar la oferta de los serbios era el tema de impuestos que le costarían. Si en la próxima temporada el argentino regresa, será una gran adición para un conjunto Blanco que pierde sin él una gran chance de ser aún más candidato.