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Sus 35 puntos ante Real Madrid fueron una muestra más, pero lo de Markus Howard es cosa seria en la Euroliga. El talento no solo está en la NBA, o posiblemente sale de la NBA y desembarca con fuerza en Europa. Este es el caso de Markus Howard, quien fuera compañero de Facu Campazzo en Denver y ahora quema redes constantemente en un Baskonia que logró sostenerlo por una segunda temporada y disfruta de su talento.

“Todo lo que tengo no sería posible si no fuera por Dios” esa frase tiene el base de cabecera ante cada cosa que hace en su vida. Es que la religión es la base de su vida y toda su personalidad. “Estoy agradecido por todo lo que él me ha dado”.

Y lo tiene hasta tatuado en la piel con dos referencias bíblicas. La primera es Jeremías 29:11: “Porque yo sé los planes que tengo para ustedes planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza”. La segunda es Filipenses 4:3, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Además, usa el cero en su camiseta desde su paso por la Universidad de Marquette, aquella donde pasaron figuras de la talla de Dwyane Wade. Ese número le recuerda que sin la ayuda de Jesucristo no es nada. Pero no solo eso, sino que antes de cada juego lee la biblia y reza.

Pero no solo en esto es su religiosidad. En esa etapa también pasó un verano en Costa Rica construyendo canchas de básquet y también creó la Fraternidad de Atletas Cristianos. Todo eso, su trabajo y una enorme última temporada en la NCAA, con 7.8 puntos de promedio, lo llevaron a Denver, donde jugó 68 partidos.

Pero decidió que su camino espiritual tenía que salir de Norteamérica y ahora rompe redes en un Baskonia que lo arropó y los está llevando a un nivel espectacular. Y sus funciones dan muchísimo que hablar, siendo líder ejecutor de los de Dusko Ivanovic con 19 puntos de promedio y 40% de tres puntos