Esteban Camisassa, el crack que se retiró por la puerta de atrás
10:07 28/03/2022 | El alero campeón del mundo con Obras fue una de las figuras del básquet nacional en la década del 80 y no tiene el mejor recuerdo con el baloncesto.
Desde que León Najnudel impulsó la formación de la Liga Nacional de Básquet, nuestro país no paró de sacar buenos jugadores que brillaron tanto en Argentina como en el resto del mundo. En épocas totalmente distintas a la actual, es necesario recordar a un jugador que deslumbró tanto en Argentina, Brasil y Uruguay y posee la máxima anotación de puntos de la historia en un partido de la selección nacional. Estamos hablando de Esteban Camisassa.
Esteban Pedro Alessio Camisassa nació el 3 de agosto de 1960 en Córdoba. De chico no tuvo un inicio ligado al baloncesto, sino que sus primeras armas en el deporte fueron en GEBA jugando al tenis. Como era la época donde brillaba Guillermo Vilas, no tenía muchos turnos para entrenar y se lo supo ver en las tribunas de la cancha de básquet del club de Capital Federal, para verlo entrenar a su hermano.
De a poquito empezó a tomarle cariño al deporte y paulatinamente empezó su recorrido basquetbolístico. Allí empezó a llamar la atención de los entrenadores juveniles y fue convocado a la Selección Argentina que consiguió la medalla de bronce en el Mundial Juvenil disputado en Brasil en 1979, con tan solo dos años de práctica del deporte.
Luego de sus inicios en GEBA, Camisassa continuó su carrera en Boca y al poco tiempo fue cedido a Obras Sanitarias. Con la promesa de que le consigan una beca en Estados Unidos, estuvo tres meses en la Universidad de Utah. Tenía fundamentos para mantenerse en la Liga Universitaria y pelear un lugar para llegar a la NBA, pero le dio su palabra al Tachero y regresó a Argentina para escribir una de las páginas más importantes de su historia.
En Obras compartió equipo con otros jugadores históricos del básquet nacional como Cadillac, Perazzo y Raffaelli y en 1983 llegó uno de sus máximos logros, la copa Williams Jones. Allí el Tachero tuvo una actuación soberbia en el Templo del Rock y se convirtió en el único equipo argentino que se consagró campeón del mundo, dejando en el segundo lugar a Pallacanestro Cantù de Italia. Al año siguiente, Camisassa tuvo una excelente actuación en la misma copa, Obras le ganó por 19 puntos al Barcelona (campeón de Europa) y el alero encestó 30 puntos, pero cayeron en la final ante Pallacanestro Virtus Roma.
En 1984, Camisassa estableció un récord que ni Manu Ginóbili ni ningún jugador argentino pudo superar. En el Preolímpico de ese año en San Pablo, Esteban tuvo una actuación descomunal para la Selección Argentina y le anotó 51 puntos a Mexico, estableciendo el récord de puntos para un jugador con la camiseta albiceleste. Pero Argentina finalizó en el séptimo lugar del certamen.
Dos años más tarde, Camisassa fue uno de los autores de una de las mayores hazañas del básquet nacional. En el Mundial de España, la Selección Argentina pasó de buena manera la fase de grupos, pero en la segunda fase comenzó con derrotas ante Canadá y Yugoslavia. Pero en la tercera jornada disputada en Oviedo el 13 de julio, el equipo que dirigía Flor Meléndez le ganó por 74-70 a Estados Unidos y el alero se despachó con 21 puntos, en un torneo en el que promedió 15 unidades por juego. Argentina no pudo superar la segunda fase y finalizó en la décimosegunda posición.
Luego de su paso por Obras Sanitarias, Camisassa se mudó a Brasil para jugar en el poderoso Corinthians, uno de los clubes más grandes de San Pablo. Allí ganó dos veces el Torneo Paulista, y fue finalista de la Liga Brasilera, pero regresó a Argentina para jugar en Unión de Santa Fe. En su paso por el Tatengue tuvo buenos números, promedió más de 21 puntos por juego, pero no tuvo un buen rendimiento colectivo.
En 1987 llegó su único título con la Selección Argentina. Camisassa jugó el Sudamericano en Paraguay y levantó el título de campeón tras el triple empate con Brasil y Venezuela, que terminó definiéndose por diferencia de puntos. Uno de los mejores partidos fue ante la verde amarelha, donde anotó 17 puntos y 15 rebotes en tan solo 20 minutos en cancha, números impensados para un alero en esos tiempos.
River fue el siguiente equipo en la carrera del Flaco, donde llegó a la final del año 88 y cayó ante Atenas de Córdoba. Pero su pelea con el entrenador Tite Boismené lo relegó de la convocatoria para el Mundial de 1990, donde se afirmaba que era por lesiones, pero su no participación fue por la pelea con el director técnico.
Camisassa tuvo un corto paso por el Hebraica Macabi de Uruguay y una mala experiencia en Olímpico, donde acusó no recibir su salario. También tuvo un paso por Luz y Fuerza de Misiones y cuatro años en Náutico Hacoaj en la vieja Liga B.
Esteban Camisassa se retiró a los 37 años, luego de varias lesiones, y quedará en la memoria como uno de los mejores jugadores argentinos de la historia. El básquet le dejó un sabor amargo por todos los problemas que tuvo y ahora continúa su vida como arquitecto y jugando al tenis.
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