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Golden State Warriors parece haberle puesto punto final al incidente entre Draymond Green y Jordan Poole, en el que éste último recibió un golpe en la cara en medio de un entrenamiento tras una discusión. La medida que tomó la organización fue que Green no sea suspendido, pero sí deberá pagar una multa.

De esta manera, el interno, 4 veces campeón de la NBA, regresará a los entrenamientos este jueves después de tomarse un tiempo alejado del equipo, algo que él mismo decidió. Steve Kerr fue quien confirmó la medida disciplinaria de la franquicia, aunque no detalló el monto de la multa.

"Fue la mayor crisis que tuvimos desde que soy entrenador aquí", manifestó Kerr en conferencia de prensa. Además, expresó que espera que el jugador pueda participar este viernes del último partido de la pretemporada contra Denver Nuggets (a las 23 hora argentina) y también en la noche inaugural, la próxima semana ante Los Ángeles Lakers, el martes 18 de octubre en el mismo horario.

El entrenador aseguró que los implicados Green y Poole, además de la estrella de la franquicia, Stephen Curry y el gerente general Bob Myers, participaron en las conversaciones que condujeron a la decisión sobre la sanción al jugador de 32 años.

"Vivimos un proceso exhaustivo. Sentimos que esta es la mejor manera después de evaluar todo para que podamos avanzar. Nunca es fácil, sin importar la decisión que tomes en una situación como esta, no va a ser perfecto", señaló Kerr y mostró su confianza en Green pese a la grave incidente: "Le estoy dando el beneficio de la duda porque creo que se lo ha ganado. Creo que nuestro equipo siente lo mismo".

Previamente, Draymond Green se había reunido con todo el equipo para disculparse por la agresión a su compañero y por su actitud. "Fracasé como líder. Fracasé como hombre. Me equivoqué. Por eso, me disculpé con mi equipo. Me disculpé con Jordan", declaró.