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La lucha por el MVP de la NBA vino más exigente y discutida que nunca en esta 2016/17. A diferencia de otros años, donde la carrera parecía ser entre dos o a lo sumo tres, en esta ocasión hay múltiples candidatos firmes para llevarse la distinción. Y para potenciar aún más el debate, la liga decidió que anunciará al ganador recién en junio, si bien los votos ya fueron emitidos. Con esto en mente, nos propusimos realizar una serie de notas repasando los puntos fuertes de cada uno de los favoritos. Luego de analizar los casos de James Harden, LeBron James, Russell Westbrook y Kawhi Leonard, hoy cerramos el informe con quien protagonizó una de las grandes historias de la temporada: Kevin Durant.

A la hora de analizar los candidatos a MVP de una temporada, hay una referencia que nunca puede dejarse de lado: el mejor jugador, del mejor equipo. Y por eso, más allá de que se haya perdido 20 partidos de fase regular por lesión, creemos que nuestro repaso de favoritos al premio no pedía culminar con otro jugador que no fuese Kevin Durant.

La temporada del alero puede parecer más fácil en los papeles, de lo que realmente fue. Golden State venía de batir el récord de más triunfos en una fase regular durante la 2015/16 y aunque en principio eso podría resultar beneficioso para cualquiera que se les sume, los antecedentes no siempre marcan eso. La realidad es que llegar a un equipo con una identidad completamente definida, siendo una superestrella, no es sencillo. Sobre todo si esa estrella se tiene que acoplar a la dinámica colectiva y no al revés.

Basta recordar el caso del Miami Heat del Big 3, cuando LeBron James, indudablemente el mejor jugador del mundo en aquel año, tardó al menos una temporada en transformarse en el LeBron que todos conocemos. Haciendo un poco de memoria, recordaremos que fue Dwyane Wade el verdadero líder de aquel debut de los Heatles. ¿Derecho de piso?, ¿tiempo de adaptación? Como quieran llamarlo, pero lo cierto es que no era una garantía, ni mucho menos, que Durant llegaría a los Warriors y mantendría el nivel, la eficacia y el protagonismo que tenía en OKC.

Por otro lado, vale recordar que Steph Curry venía de ganar el MVP durante la campaña anterior, en lo que muchos calificaron como una de las mejores fases regulares de la historia de cualquier jugador NBA. Y sin llegar al punto de decir que Durant eclipsó a Steph en este torneo, sí podemos afirmar que el ex Thunder fue el más eficaz y regular de todo Golden State. Aún promediando tres puntos menos que en la 2015/16, KD mejoró en todos los otros rubros, jugando la menor cantidad de minutos de su carrera (33,4): promedió más rebotes, más asistencias en relación a su tiempo en cancha, más tapas, más robos y subió más de un 3% su porcentaje de aciertos.

Que un anotador de su capacidad convierta casi un 54% de campo, es realmente excepcional. De hecho, en los últimos 25 años, hubo solo dos perimetrales en conseguir al menos 25 puntos y 53% de cancha en una temporada: Durant este año y LeBron James (en cuatro ocasiones, incluyendo esta temporada). Para quienes disfrutan de las estadísticas avanzadas, también podemos afirmar que Durant fue el jugador con más Win Shares (estimativo de victorias sumadas a un equipo, en base a los números) por cada 48 minutos en cancha (0,28). En palabras más simples: entre todos los miembros de la competencia, fue quien más aporte tuvo en relación a su tiempo en cancha.

Como si toda esta ola de eficacia no fuera suficiente, vale recordar otro tema clave con Durant: su callado, subvalorado pero fundamental aporte defensivo. No vamos a engañarlos: KD no es el defensor más dominante en el uno contra uno y no siempre suele tomar al mejor perimetral rival. Pero esto no le quita mérito a su impacto. Su combinación de altura, brazos largos y agilidad, es clave en los esquemas defensivos de hoy en día y fundamentalmente en Golden State. Los Warriors se adaptan a la perfección a las virtudes defensivas de Durant, ya que proponen cambios de marcas constantes, ayudas ultra veloces y longitud para cambiar lanzamientos perimetrales. Aún en su temporada récord de la 2015/16, los de Kerr terminaron rankeados quintos en defensa. ¿Este año, con Durant? Segundos, detrás de San Antonio. Y eso que perdieron a buenos valores en ese costado como Bogut, Ezeli o Barnes.

El combo defensivo Durant-Green es una maravilla. Los dos pueden marcar múltiples posiciones en pocos segundos y darle una versatilidad que potencia a todo el equipo. Y si vamos a números más simples, no son muchos los aleros que encontramos con 8,3 rebotes y 1,6 tapas de promedio. Sin tener que estar gritando ¡equipo defensivo ideal!, Durant es uno de los jugadores con mayor impacto en ese costado. Y cuando a todo esto le agregamos su mencionado dominio en el otro campo, su candidatura para el MVP queda completamente fundamentada. ¿Le alcanzará para ser el elegido?