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El mundo odia a los Golden State Warriors. Al menos, la opinión pública así lo demuestra. Muchas veces, los aficionados odian a los equipos que contratan buenos jugadores de manera indiscriminada para formar un equipo imbatible: lo que se llama Superequipo.

Esta temporada le toca a los Warriors. La contratación de Kevin Durant formó uno de los mejores tríos tiradores de toda la historia junto a Klay Thompson y Stephen Curry. Armados para dominar la NBA y ganar el campeonato, el deseo de muchos espectadores es el fracaso del proyecto.

Dwyane Wade, en una entrevista concedida a Basketball Insider, aconsejó a Durant para no caer en los vicios y malas costumbres de un equipo que tiene demasiado talento para amalgamar: “Creo que lo más importante es que disfruten. El error que cometimos en Miami Heat cuando llegaron LeBron James y Chris Bosh fue jugar bajo el papel de los villanos de la Liga. Eso fue porque a la gente no le gustaba que jugáramos juntos y por lo tanto asumimos ese rol. Esa no fue la razón por la que empezamos a ganar. Empezamos a ganar porque comenzamos a disfrutar, porque lo amábamos". El actual jugador de Chicago Bulls le dio a Durant las pautas para no perderse en el objetivo real que sí pudo conseguir Miami Heat pero en la segunda temporada del Big Three: ganar el título de campeonato.

Además, Wade expresó que los Warriors deberían jugar con “alegría” y aclaró: “Eso es crucial. No jugar con el rol que la gente espera. Ya que tienes el privilegio de elegir lo que quieres en tu vida, tienes que vivir con tus decisiones".

Golden State está con un registro de cinco victorias y dos derrotas, detrás de Los Angeles Clippers y Oklahoma City Thunder. En los diarios de San Francisco se habla del mal arranque de Thompson y los rumores asocian esta merma con la presencia de Durant. Thompson se encargó de negar esa responsabilidad del exjugador de Oklahoma. Mientras tanto, en cancha, el equipo está en formación. Buscará hacer lo que no logró el año pasado: prepararse de la mejor forma para la postemporada y no para quedarse con el récord de victorias en una campaña para los libros de estadísticas.