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Turquía atrapó el penúltimo boleto a cuartos de final del Mundial, al derrotar a Australia por 65-64 en un final agónico y cargado de emoción.

Fue uno de los partidos más atractivos del Mundial, porque se conjugaron paridad, dramatismo y errores por igual, especialmente en los últimos segundos.

Lo tenía ganado Australia, sobre todo después que Dellavedova metió un doble que elevó a cinco la diferencia (59-64) con 1m02s para terminar, pero Preldzic descontó con un triple tras una salida rápida. En el ataque siguiente Turquía apretó los dientes, defendió la posesión y obligó a su adversario a perder el balón.

Ataman pidió tiempo para armar la jugada, y en la reposición otra vez Preldzic volvió a quemar las mallas con un tiro limpio desde la línea de 6.75 metros para dar vuelta el partido y la historia. Quedaban cinco segundos, un tiempo suficiente como para que Australia pudiera lograr el milagro, pero Ingles se vio acosado por la defensa turca y con ello se dilapidaron las chances australianas.

Si repasamos todo el partido vamos a encontras rachas constantes, y muchas alternancias en el marcador. Pero siempre, con Australia tomando la delantera, mantiendo a raya casi siempre a su rival.

Turquía pecó de anarquía la mayor parte del tiempo, especialmente en el tercer cuarto cuando sufrió un parcial de 2-9 que le pudo costar el partido, pero a puro arresto individual se focalizó en el juego, y en un final impensado se quedó con el triunfo que le permitió avanzar a cuartos de final, donde deberá enfrentar al duro Eslovenia.

Roberto Martín (Enviado especial a Barcelona, España)
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