San Antonio se quedó en las puertas de igualar el mejor arranque histórico fuera de casa (de 14-0 a manos de los Golden State Warriors del año pasado). En una partido de rendimiento muy discreto, sin volumen de juego ni conexiones positivas, los Spurs perdieron 95-91 ante Chicago y no pudieron igualar el récord NBA de victorias consecutivas como visitantes para comenzar una temporada. La racha quedó en 13 al hilo, a una de Golden State y en lo que ha sido la primera derrota de San Antonio en la ruta.
Hace tiempo que los de Gregg Popovich no vienen jugando bien pero de todas formas ligaba. Hoy no se dio, nunca se enchufó (exceptuando un manotazo de ahogado del final con Kawhi Leonard casi en solitario) y lo pagó con derrota. Manu Ginóbili terminó sin puntos (0/5 en dobles y 0/4 en triples), 2 rebotes, 2 asistencias, 1 robo, 1 tapa y 1 pérdida en 18 minutos. No jugó Nicolás Laprovittola.
La noche ya no arrancó bien, San Antonio se mantuvo con la misma tónica de los últimos partidos: poco juego, baches, desatenciones ofensivas y falta de conexión. Hasta el momento le había alcanzado, jugaba mal pero ganaba, sin embargo contra Chicago había era una prueba de carácter ya que los de Hoiberg venían de tres derrotas al hilo (sumadas al conflicto indisciplinario de Rondo) y necesitaban una rápida recuperación ante su gente.
En los últimos partidos el banco había revolucionado bastante ya sea con Mills o Manu, sin embargo esta noche la fluidez siguió sin generarse a pesar de la rotación. Sin mostrar demasiado y estando impreciso, los texanos acabaron el primer periodo 21-17 abajo ante unos Bulls que no fueron arrasantes pero que sí fueron superiores.
El segundo parcial no modificó la historia, de hecho la diferencia de Chicago se hizo más grande. El trabajo invisible de Mirotic, más los aportes desequilibrantes de Wade y Felicio dejaron al dueño de casa arriba por 32-21, San Antonio buscó recuperarse por varios medios pero sin mejorar su despliegue la misión parecía cada vez más difícil. Con ventaja de trece y un global de 45-32, Chicago entró mejor al descanso largo.
Algunas insinuaciones de San Antonio aparecieron en el tercer cuarto. Parker cometió varios errores pero cuando se pudo combinar con Gasol se consiguieron buenos resultados. Abajo continuaron las complicaciones porque Chicago dañó bastante (los titulares Wade, Butler, Gibson, Lopez y Rondo siempre aportaron), pero al menos San Antonio recuperó algo de ataque.
Es cierto que la ofensiva fue muy atropellada, casi a los tumbos, pero Mills y un Leonard en ascenso fueron vitales para redondear un sobrio parcial texano (31 a 27) para entrar al último periodo con un poco mejor de perfil: 72-63 y diferencia en contra de nueve tantos.
En el último cuarto San Antonio se enchufó mucho más, siguió sin tener fluidez pero empezó a acrecentarse la figura de Leonard. Prácticamente solo contra todos, como si fuera un monólogo o la única esperanza de San Antonio. De todas formas no alcanzó, los Spurs llegaron a ponerse a solo cinco tantos de distancia (93-88) entrando a los dos minutos finales pero de todas formas no alcanzó: fue derrota por 95-91, maquillada sobre el cierre gracias a Leonard pero con unos Spurs que siempre parecieron estar lejos, con un nivel que deberán levantar y desconocidos en la mayor parte del partido.