Basquetplus.com

Antes del encuentro entre Argentina y Venezuela por la primera ventana clasificatoria para la Americup, Selem Safar dialogó con Básquet Plus sobre su regreso al seleccionado, la chance de ser el capitán y la dificultades que presenta enfrentar a un rival como el equipo dirigido por Fernando Duró.

Cuatro años de tu última participación con el seleccionado argentino. ¿Se extrañaba?

Sí, se extraña y mucho. Creo que también se disfruta aún más cuando volvés después de un tiempo, porque al estar varios años seguidos te acostumbrás y por ahí lo dejás de disfrutas. Cuando no estás, extrañas todo.

¿Habías perdido las esperanzas o siempre estabas con las maletas preparadas?

La verdad, no lo estaba esperando. También entendía que la selección estaba en un proceso de recambio y, entonces, mi cabeza no estaba puesta en eso. Sentía que ya había cumplido un ciclo con esa camiseta, que fui muy feliz mientras estuve y que le había dado muchas cosas al seleccionado, así como el seleccionado también me había dado mucho a mí. Cuando me llegó la noticia, me puse muy contento. Empezás a disfrutarlo desde ese momento como si fuera la primera convocatoria de mi carrera.

Sos el capitán, así que puedo meterte presión. Es el primer partido luego del subcampeonato del mundo...

Va a ser difícil, porque el rival es Venezuela. Es un equipo aguerrido que siempre te plantea partidos difíciles. Como somos un grupo relativamente nuevo y que no tuvo muchos entrenamientos, tenemos que intentar jugar como la selección lo hace siempre. Mantener ese estilo de juego y hacerlo de la mejor manera.

Este partido tiene varias cosas relevantes: más allá de Juan Pablo Vaulet, todos los demás integrantes de este plantel pertenecen a la Liga Nacional y ganar es una forma de dejar bien parada a la competencia. Además, no podés relajarte porque podés quedar afuera de la Americup.

Realmente no pensamos en que somos un equipo de la Liga. Esto es la selección y Sergio llamó a los que creía que estaban en el mejor momento para representarla. No pensamos en los que no están, sino en que estamos representando a la Argentina y en que tenemos como objetivo ganar todos los partidos.

La próxima ventana es en noviembre. Esto recién empieza, pero ¿te ilusiona la idea de volver a estar?

Obvio que sí. Sin embargo, mi cabeza está puesta en disfrutarlo y aprovechar el momento. Está claro que no quiero dejar pasar las oportunidades, pero también quiero disfrutar. La selección está por encima de todos y eso después se verá. Es muy pronto para hablar de lo que se viene.

Imagino que para vos, que lo conocés hace mucho, entrar en los sistemas de Sergio te va a ser sencillo.

Hacía mucho que no lo tenía como entrenador, pero a los pocos días de escucharlo ya sentía como si hubiera sido ayer. Es fácil jugar con Sergio. Es un entrenador que te da mucha confianza, mucha libertad y que es muy claro en las cosas que te dice.

¿Hoy tienen ganas de jugar bien o, más allá de todo, de ganar?

Creo que las dos cosas van de la mano. Entendemos que Venezuela es un rival que no te hace jugar cómodo, entonces puede pasar que nos haga jugar incómodos. El rival tiene mucho que ver, pero nuestra idea es jugar de la mejor forma posible. Seguir con el estilo de juego, con la presión a la pelota y el contraataque como principales armas. Si imponemos nuestro juego, vamos a tener muchas más chances de ganar.

¿Qué cara pusiste cuando Hernández te dijo que ibas a ser el capitán?

Fue muy descontracturado, como es Sergio siempre en todo. Lo dijo en voz alta para todos y, apenas unos segundos después, aclaró que era solamente porque soy el más viejo. Fue muy simple.