Sebastián Vico y la resurrección del Siena desde adentro
15:48 03/07/2015 | Hablamos con el perimetral argentino sobre su paso por el gigantesco Siena italiano y su ascenso a la segunda categoría. Una historia imperdible.
En los últimos 10 años, no hay un equipo en la elite del baloncesto FIBA que haya dominado su liga de la manera que lo hizo el Siena en Italia, ganando 7 títulos consecutivos entre el 2007 y 2013, y llegando a la final en la campaña 2013/2014.
Sin embargo, un escándalo financiero parecía tirar toda esa historia por la borda, decretándose a mediados del año pasado, la quiebra del club. Algunos meses después, el antiguo Mens Sana Basket fue reemplazado por el Mens Sana Siena 1871, inscripto en la Serie B, cuarta categoría de Italia (hoy tercera tras la fusión de la A2 Oro y Plata).
De esa manera, al menos el club se mantenía a flote, si bien con un presupuesto muy inferior al de años anteriores y obviamente, un contexto de competencia diametralmente opuesto. De los lujos de la Euroliga a las canchas pequeñas y los rivales desconocidos de la Serie B.
Dentro de esa historia, aparece la del argentino Sebastián Vico, quien llegó proveniente del Matera y rápidamente se ganó un lugar, finalizando la temporada con casi 12 puntos y 4 asistencias de promedio. Luego de un torneo largo y exigente, el Siena cumplió el objetivo y consiguió el esperado ascenso, el cual por la mencionada fusión, hoy ya lo tiene a un pasito de volver a la primera división.
De todo esto y de su historia, hablamos con Vico en la siguiente charla:
Para empezar contanos un poco tu historia. ¿Cómo te formaste y en qué momento es que llegás a Italia?
Mi historia es normal pero a la vez rara. A los 11 años un amigo de papá (en ese momento Presidente del Club Unión de Santo Tomé) viene a visitarlo a mi casa. Me mira y me dice si quería probar jugar al básquet. Yo jugaba al fútbol como todo argentino en esa época. Mi respuesta fue que sí y me dice probá por dos semanas; si te gusta me pagás un asado y si no te gusta te lo pago yo. ¡Probé y me encantó! Desde ahí no lo vi más a este amigo de mi viejo. Mis años pasaron siempre en mi querido club Unión de Santo Tomé. Crecí con grandes entrenadores de inferiores (Diego Vicino, Gustavo Eggel y Gachi Ferrari), ganamos muchos campeonatos inferiores y gracias a todo eso fui citado con las selecciones asociativas y provinciales de Santa Fe. A los 16 años tuve la oportunidad de ir a jugar a Echagüe de Paraná, entrenaba con el TNA y jugaba en las categorias inferiores y después de 10 meses fui a Banco Provincial de Buenos Aires por 6 meses y desde allí a Italia.
¿Y cómo se da ese salto al básquet italiano?
A Italia se dá por un recorrido largo de pruebas. A los 14 años se hizo el primer campus de Carlos Prunes y su agencia con entrenadores italianos en Santa Fe, donde venían chicos de todo el país. En el primer campus eramos 70 chicos de distintas edades y durante un par de años fueron siguiendo nuestra evolución y haciendo otros campus con una cantidad más reducida de jugadres. A los 17 años me llegó la llamada para ir y yo no lo dudé. La cara de mi familia fue de asombro por la desición tomada al instante (el tren pasa solamente una vez). Poder vivir de una experiencia grande, lejos de casa y por ahora vivir de lo que amo me llevó a tomar tal desición. En el momento no te das cuenta de la magnitud de la desición.
¿Cómo fueron esos primeros pasos allá?
Los primeros meses fueron duros y hasta pensás que la desicion no fue la correcta. A veces parecía arrepentirme, pero era lo normal y es cuestión de tiempo. Después pasa a ser una costumbre y al día de hoy se sigue extrañando, menos, pero se sigue extrañando. Igual no me arrepiento de nada, es un experiencia inolvidable y sigue siendo fantástico. Me fui a jugar a Novara donde uno de los técnicos era el que había estado en Santa Fe el primer campus. Fueron 10 meses difíciles por el idioma, las costumbres y la lejanía, pero por suerte estaba con otros chicos argentinos (Svoboda, Requena y Tintorelli). Tintorelli hacía varios años que ya estaba ahí y nos enseñó mucho. En esos años Novara disputaba la serie A2, entrenaba con ellos y jugaba con las inferiores. Fue una experiencia espectacular, crecí mucho no sólo en lo basquetbolístico sino en lo humano. Estuve tres años en Novara, jugué y entrené con jugadores importantisimos y fantasticos como Tintorelli, Palladino o Aguiar, entre otros. Después del primer año en Novara cuando volví a casa, volví a entrenar a mi club y a uno de los primeros que me encuentro es al amigo de mi viejo. Me miró y me dijo me parece que me debés un asado. En la semana invité a todos mis amigos y compañeros del club, eramos 50 más o menos y nos comimos ese asado que le debia. Mi último año en Novara mis minutos aumentaron y tuve la posibilidad de estar mucho en la cancha y aprender mucho.
¿De ahí a dónde pasás?
Al año siguiente (2007/2008) tenía la posibilidad de jugar de titular en un equipo de B1 italiana, Porto Torres en la isla de Sardegna. Fue un año difícil por la responsabilidad. Eramos un equipo todo nuevo y no pudimos encajar durante el año pero el hecho de disputar un campeonato realmente difícil y muy físico fue importante. La 2008/2009 empieza en Sant'Antimo de Nápoles y fueron dos años muy buenos a nivel personal y de vida dado que en Nápoles se vive igual que en Argentina, así que estuve muy bien ahí. Del 2010 al 2014 jugué en Matera siempre disputando la categoria de Serie B y fue una de las ciudades en la que mejores estuve, por eso me quedé 4 años y tuve la oportunidad de ser capitán en la campaña que jugamos la A2 Silver. En la 2012/2013 llegamos a la final de la serie B y ese fue el mejor año deportivo para mi individualmente. Esta última temporada la jugué en Siena y ganamos el campeonato... fue algo increíble.
Y llegás a Siena. ¿Cómo afrontaste la temporada, tanto en lo colectivo como en lo individual?
Este año fue increíble. Estar en uno de los equipos más exitosos de Italia de los últimos 15 años es un honor. Vivir lo que se vivió en Siena el verano anterior cuando parecía que el básquet no iba a existir más y de pronto tenerlo fue muy loco. La Serie B es durísima. Vas a canchas dificilísimas y todos juegan a full contra Siena y es un campeonato muy fisico. Es más duro que campeonatos de nivel superior donde se juega más al básquet. El equipo respondió siempre. Fuimos un conjunto completo y muy largo y eso permitia tener muchas rotaciones, sabiendo que te limita mucho más los errores por el hecho que tenés el cambio al próximo error. Por una parte es complicado pero a la larga fue lo que nos hizo llegar primeros y ganar el campeonato. A nivel individual fue un año muy positivo, donde crecí mucho a nivel mental. Soportar la presión de una historia muy grande atrás nuestro y jugar con tantos buenos jugadores hace que hasta los entrenamientos fueran partidos.
Está claro que fueron un equipo distinto en la categoría, por historia. Ante esto, ¿el ascenso fue una meta que tuvieron todo el año casi como una obligación?, ¿sintieron esa presión en algún momento?
El ascenso era el objetivo principal, lo fue todo el año. Teníamos que llegar primeros en nuestra zona y lo hicimos. Teniamos que ganar los playoff y lo hicimos. Y teníamos que ganar un partido de las dos chances del Final Four y lo hicimos. Así que el objetivo lo cumplimos con todas las letras. La presión se sintió mucho en los momentos difíciles. En esos meses de diciembre y enero que fueron los mas complicados a nivel de estado fisico y anímico, dado que los resultados no ayudaban. Pero la presión de la gente y de la historia del club también te ayuda a salir adelante y levantar cabeza lo antes posible. La vivimos tranquilos pero no era fácil llevar esa camiseta con tanta historia. Fue una de las cosas más lindas que pude hacer en mi carrera.
Todos sabemos lo que ocurrió con el Siena y por qué jugó en la Serie B. ¿Cómo se está reconstruyendo y cuál es la actualidad del club después de lo que ocurrió en la primera división?
Lo que ocurrió en Siena fue algo terrible. Vivieron años de gloria y de básquet de primer nivel europeo. La quiebra de la Montepaschi Di Siena influyo en todo en el club. Ahora se está armando lentamente. La gente tendrá que entender que los años de oro no están más. Se tienen que volver a armar desde cero. El monto económico no es el mismo y los jugadores son otros.
¿Se notó mucha diferencia con otros equipos de la categoría, en lo que respecta a la infraestructura que puede tener un club multicampeón como el Siena, comparado con otros más pequeños?
La infraestructura y los servicios que te dan se notan que son de primer nivel. El año pasado jugaron la Euroliga, como en los últimos 10 años pero la organización y la gente que trabajó este año es la misma. Entonces te sentías en un lugar único. El servicio médico, el staff técnico y dirigentes fueron increíbles. El plan de viajes, marketing, eventos, reuniones técnicas con videos constantemente... de primer nivel absoluto. La diferencia es notoria por todas estas cosas y por su gente. Jugar de visitante y saber que jugás de local por la cantidad de gente que iba y de local escuchar y sentir el calor de esa gente. Es de lo mejor de Italia sin lugar a dudas.
Antes hablabas del juego físico, contanos un poco sobre esto y el estilo de juego que se ve en la Serie B, ya que desde acá obviamente no se pueden seguir los encuentros.
Creo que la Serie B es muy particular porque hay zonas en las que se juega más al básquet y es un juego más limpio y otras como nuestra zona en la cual es más física, y sucia deportivamente hablando. Jugás en cancha chicas donde el arbitraje influía. Pero nos fue bien, así que sobre este punto de vista es un experiencia muy positiva saber jugar con esa intensidad. La comparo con un TNA físico.
¿En qué lugar de tu carrera ponés la experiencia de este año en el Siena?
Seguramente la meto en una de las primeras, por no decir la primera por el hecho que salimos campeones y fue el mejor grupo de compañeros, el que viví toda esta temporada. La meto en la primera, por la historia del club, por la gente, por como se vivió y el resultado que se consiguió. Y sobretodo por el grupo espectacular... donde me vuelvo con amigos y no con compañeros de equipo.
Por último, te pregunto por tus objetivos. ¿Tenés alguna meta o idea para lo que viene de tu carrera?, ¿o sos de ir más en el día a día?
Pudimos lograr el objetivo del ascenso y estoy muy feliz por eso. Dejamos a Siena un poco más cerca del lugar donde se merece. Yo vivo todo día a día, pero un cosa linda que me encataría que pasara es el llamado de la Seleccion; más ahora que se está haciendo una renovación. Soy consciente de mis capacidades y de mis límites. Se que me fui desde chico y no me conoce nadie, más allá de los chicos del club Unión Santo Tomé. Soy conocido en Italia en esas categorías donde jugué. Pero me encantaría al menos hacer un entrenamiento. Pero más allá de eso, me gustaría tener una posibilidad de poder jugar en la A1 de Italia. Eso se vera.